
Manejo de la Meningitis
Información del documento
Autor | Dra. Susana Moliner |
Escuela | SARTD-CHGUV |
Especialidad | Medicina |
Lugar | Valencia |
Tipo de documento | Sesión de Formación Continuada |
Idioma | Spanish |
Formato | |
Tamaño | 1.96 MB |
Resumen
I.Incidencia y Clínica de la Meningitis Bacteriana MB
La meningitis bacteriana (MB) presenta una incidencia anual de 2-5 casos por cada 100.000 habitantes en países desarrollados. Es una de las diez principales causas de muerte por infecciones a nivel mundial. Clínicamente, se caracteriza por fiebre, cefalea, meningismo, confusión, alteraciones de los nervios craneales, focalidad neurológica, obnubilación, crisis epilépticas, parálisis de pares craneales, coma e incluso la muerte. El diagnóstico de meningitis es crucial para iniciar un tratamiento oportuno.
1. Incidencia de la Meningitis Bacteriana
La presentación destaca la incidencia anual de la meningitis bacteriana (MB) en países desarrollados, cifrada entre 2 y 5 casos por cada 100.000 habitantes. Este dato inicial proporciona una perspectiva de la frecuencia de la enfermedad en la población general. Se enfatiza, además, su importancia a nivel mundial al señalar que la MB se encuentra entre las diez principales causas de muerte relacionadas con infecciones. Esta información contextualiza la gravedad de la enfermedad y la necesidad de un diagnóstico y manejo adecuados. La presentación, por tanto, inicia estableciendo la relevancia epidemiológica de la MB, subrayando la necesidad de comprender su impacto sanitario y la urgencia de un abordaje efectivo para su tratamiento y prevención.
2. Manifestaciones Clínicas de la Meningitis Bacteriana
El documento describe un espectro amplio de síntomas clínicos asociados con la meningitis bacteriana. Se detallan signos y síntomas como fiebre, cefalea (dolor de cabeza), meningismo (rigidez de nuca), confusión, alteraciones en los nervios craneales (NC), focalidad neurológica, y un progresivo deterioro neurológico que puede incluir obnubilación, crisis epilépticas, parálisis de pares craneales, coma y, en casos graves, la muerte. La variedad de manifestaciones clínicas descritas enfatiza la importancia de una evaluación clínica exhaustiva para el diagnóstico precoz. La progresión de la sintomatología, desde síntomas relativamente inespecíficos hasta un cuadro potencialmente letal, subraya la urgencia del diagnóstico y tratamiento. La lista de síntomas, aunque no exhaustiva, proporciona una base para la identificación de casos sospechosos, facilitando la toma de decisiones clínicas rápidas y apropiadas para el manejo de la MB.
II.Etiología de la Meningitis Bacteriana
Las bacterias más frecuentes que causan meningitis en adultos son Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae. En pacientes mayores de 50 años, también son importantes Listeria monocytogenes. En individuos inmunosuprimidos o con cáncer, Listeria monocytogenes, bacterias gramnegativas, Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae son más comunes. Pacientes esplenectomizados tienen un mayor riesgo de infección por Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae. Fracturas en la base del cráneo se asocian con Streptococcus pneumoniae.
1. Agentes Causales más Frecuentes de Meningitis Bacteriana
El documento identifica a Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae como las bacterias más comunes que causan meningitis bacteriana (MB) en la población general del entorno descrito. Se enfatiza que esta información se refiere al contexto específico de la presentación. Se añade que en pacientes mayores de 50 años, Listeria monocytogenes se suma a las bacterias previamente mencionadas como causantes comunes de la MB. Esta información destaca la importancia de la edad como factor de riesgo y la necesidad de considerar diferentes agentes etiológicos según las características del paciente. La variabilidad en los patógenos causales refuerza la importancia de realizar pruebas diagnósticas adecuadas para identificar el agente específico.
2. Factores de Riesgo y Agentes Etiológicos en Grupos Vulnerables
En pacientes inmunosuprimidos o con antecedentes de cáncer, la etiología de la MB cambia significativamente. Aquí, Listeria monocytogenes cobra mayor relevancia, junto con bacterias gramnegativas (BGN), Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae. En pacientes esplenectomizados, el riesgo de infección por Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae aumenta considerablemente. Finalmente, se menciona que las fracturas en la base del cráneo se asocian con infecciones por Streptococcus pneumoniae. Esta sección subraya la influencia de factores de riesgo como la inmunosupresión, la esplenectomía y las lesiones craneales en la determinación del agente causal de la MB, lo cual enfatiza la necesidad de un diagnóstico etiológico preciso para el tratamiento adecuado según cada perfil de riesgo del paciente.
III.Diagnóstico de la Meningitis Punción Lumbar PL y Pruebas de Laboratorio
La realización de una punción lumbar (PL) es fundamental para el diagnóstico de la meningitis. En pacientes sin indicación de TAC cerebral, la PL debe realizarse de inmediato. La presión de salida del líquido cefalorraquídeo (LCR) normalmente es menor de 18 cm H2O en decúbito lateral. Las pruebas de laboratorio clave incluyen hemocultivos y análisis del LCR: tinción de Gram (identifica el 60-90% de las bacterias con una especificidad del 97%), aglutinación con látex (detecta polisacáridos de patógenos capsulados como H. influenzae, S. pneumoniae, N. meningitidis, E. coli, y estreptococos del grupo B), y PCR (alta sensibilidad y especificidad para amplificar el ADN de patógenos). El lactato en LCR, la PCR sérica y la procalcitonina (PCT) sérica ayudan a diferenciar entre meningitis bacteriana y vírica. En pacientes postquirúrgicos, un lactato en LCR >4 mmol/L sugiere la necesidad de tratamiento antibiótico empírico.
1. Importancia de la Punción Lumbar PL
La punción lumbar (PL) se presenta como un procedimiento fundamental para el diagnóstico de meningitis. Se destaca que la principal causa de demora en la realización de la PL es la necesidad de un TAC cerebral previo. Sin embargo, en pacientes sin indicación de TAC, la PL debe llevarse a cabo de forma inmediata. Se especifica que una presión de salida del líquido cefalorraquídeo (LCR) menor a 18 cm H2O en decúbito lateral se considera normal. Esta sección resalta la importancia y urgencia de la PL en el proceso diagnóstico, enfatizando la necesidad de minimizar los retrasos innecesarios y la relevancia de evaluar la presión del LCR para complementar el diagnóstico. Se pone de manifiesto la necesidad de una evaluación clínica cuidadosa para determinar la necesidad de un TAC cerebral previo a la PL.
2. Pruebas de Laboratorio para el Diagnóstico Etiológico
Se mencionan los hemocultivos como una prueba de laboratorio esencial. El análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) es crucial para determinar la etiología de la meningitis. Se describen diversas pruebas: la tinción de Gram, que permite identificar entre el 60-90% de las bacterias con una especificidad del 97%; la aglutinación con látex, un método rápido que detecta polisacáridos de patógenos meníngeos capsulados; y la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), destacada por su gran sensibilidad y especificidad para la amplificación del ADN de patógenos comunes. La información proporcionada enfatiza la importancia de un análisis microbiológico completo del LCR para el diagnóstico preciso de la etiología infecciosa.
3. Diferenciación entre Meningitis Bacteriana y Vírica
Para distinguir entre meningitis bacteriana y vírica, se proponen varias pruebas de laboratorio. La medición del lactato en el LCR es útil, mostrando alta sensibilidad y especificidad, particularmente en pacientes sin tratamiento antibiótico previo; en pacientes postquirúrgicos, un valor superior a 4 mmol/L sugiere iniciar tratamiento antibiótico empírico. Se mencionan también la PCR sérica y la procalcitonina (PCT) sérica como reactantes de fase aguda, pero se aclara que no son diagnósticos de meningitis bacteriana ni deben utilizarse como criterio único para iniciar tratamiento antibiótico. El uso de la PCR para la detección de virus también se incluye como parte del panel de pruebas diagnósticas para una correcta diferenciación. Esta sección subraya la complejidad en la diferenciación entre las dos formas de meningitis, resaltando la necesidad de pruebas complementarias para un diagnóstico preciso y evitando decisiones terapéuticas basadas en datos aislados.
IV.Tratamiento de la Meningitis Bacteriana
El tratamiento antibiótico debe ser rápido. La dexametasona (0.6 mg/kg/día durante 4 días) reduce la inflamación. La duración del tratamiento varía según el agente causal: 10-14 días para meningitis inespecífica y por neumococo, 5-7 días para meningococo, 7-14 días para Haemophilus influenzae, y 21 días para Listeria monocytogenes. En pacientes que desarrollan meningitis tras la colocación de un drenaje ventricular, se debe considerar la administración de antibióticos intraventriculares.
1. Rapidez y Especificidad del Tratamiento Antibiótico
La administración rápida del tratamiento antibiótico es crucial en casos de sospecha de meningitis. Se enfatiza la necesidad de determinar con rapidez el tratamiento antibiótico específico que se debe administrar en una meningitis sospechada o confirmada. La celeridad en la respuesta terapéutica se presenta como un factor crítico para mejorar el pronóstico del paciente. Se subraya la importancia de la evaluación clínica completa y las pruebas de laboratorio para determinar con precisión el agente etiológico y así, instaurar un tratamiento antibiótico dirigido y efectivo. La premura en la decisión terapéutica, basada en una evaluación rápida y precisa, es fundamental para reducir las complicaciones y la morbimortalidad asociada a la meningitis bacteriana.
2. El Papel de la Dexametasona en el Tratamiento
La dexametasona se menciona como un componente importante en el tratamiento de la meningitis bacteriana. Se recomienda una administración de 0.6 mg/kg/día durante 4 días. Su función principal es la reducción de la inflamación en las leptomeninges. Esta sección proporciona información concisa sobre el uso de corticosteroides en el manejo de la meningitis, destacando su rol en la modulación de la respuesta inflamatoria y su posible impacto en la evolución clínica de la enfermedad. La dosificación y duración del tratamiento con dexametasona se especifican para asegurar un uso adecuado y efectivo del fármaco, en complemento a la terapia antibiótica.
3. Duración del Tratamiento Antibiótico y Consideraciones Adicionales
La duración del tratamiento antibiótico varía dependiendo del agente causal. Se establecen diferentes periodos: 10-14 días para meningitis bacterianas inespecíficas o causadas por neumococo, 5-7 días para meningococo, 7-14 días para Haemophilus influenzae, y 21 días para Listeria monocytogenes. Se plantea la cuestión de la necesidad de administración de antibióticos intraventriculares en pacientes que desarrollan meningitis bacteriana tras la colocación de un drenaje ventricular de líquido cefalorraquídeo (LCR). Esta información es fundamental para establecer la duración óptima del tratamiento, considerando la variabilidad en la respuesta al tratamiento según el patógeno involucrado. La inclusión de la problemática de la administración intraventricular destaca la complejidad de casos específicos y la necesidad de decisiones terapéuticas individualizadas.