Manejo activo del alumbramiento en nacimientos cefalovaginales y prevalencia de anemia postparto: Evaluación y prevención de la hemorragia postparto

Manejo activo del alumbramiento

Información del documento

Autor

Ana Vanessa Mena López

Escuela

Universidad San Francisco de Quito, Colegio de Ciencias de la Salud

Especialidad Medicina
Tipo de documento Tesis de grado
Lugar Quito
Idioma Spanish
Formato | PDF
Tamaño 1.04 MB

Resumen

I.Objetivos y Hipótesis

Este estudio clínico controlado, simple ciego y aleatorizado, realizado en el Hospital Carlos Andrade Marín de Quito, Ecuador, evaluó la efectividad del manejo activo versus el manejo expectante en la reducción de la hemorragia postparto y la incidencia de anemia postparto durante la tercera fase del trabajo de parto. La hipótesis principal fue que la incidencia de anemia y la cantidad de sangrado postparto disminuirían con el manejo activo, que incluye la administración de oxitocina y pinzamiento temprano del cordón umbilical. Participaron 150 mujeres con parto vaginal cefálico entre el 4 de septiembre y el 7 de noviembre de 2008, con 75 pacientes en cada grupo.

1. Objetivo Principal del Estudio

El objetivo principal de esta investigación, llevada a cabo en el Hospital Carlos Andrade Marín de Quito, Ecuador, fue evaluar la cantidad de sangrado y la disminución de los niveles de hemoglobina y hematocrito en mujeres que experimentaron parto vaginal cefálico. Para ello, se comparó la efectividad del manejo activo del alumbramiento con el manejo expectante durante la tercera fase del trabajo de parto. Este estudio se centró en determinar si el manejo activo, que implica la administración profiláctica de oxitocina antes del alumbramiento placentario y el pinzamiento temprano del cordón umbilical, resulta en una menor pérdida de sangre y una disminución menos pronunciada de la hemoglobina y el hematocrito en comparación con el manejo expectante, que permite el alumbramiento espontáneo de la placenta. La selección de estas variables se debe a su importancia en la prevención de complicaciones postparto como la hemorragia postparto y la anemia postparto, dos problemas de salud pública que afectan significativamente la morbilidad y mortalidad materna, particularmente en países en desarrollo. La investigación se realizó con la finalidad de contribuir a la mejora de la atención del parto y la reducción de la mortalidad y morbilidad materna, con foco en las implicaciones de las dos técnicas en la cantidad de hemorragia postparto, los niveles de hemoglobina, y el hematocrito. El período de tiempo analizado para la recolección de datos en el Hospital Carlos Andrade Marín se extendió entre el 4 de septiembre y el 7 de noviembre de 2008. El interés en este tema se basa en la alta prevalencia de hemorragia postparto como causa de mortalidad materna a nivel mundial y en la necesidad de evaluar la efectividad del manejo activo como estrategia para reducir este riesgo.

2. Diseño del Estudio y Población

Se llevó a cabo un ensayo clínico controlado, simple ciego y aleatorizado. La selección de un ensayo clínico controlado permite una comparación objetiva entre el manejo activo y el expectante, minimizando el sesgo y asegurando la validez de los resultados. La metodología simple ciego reduce el sesgo de observación. La aleatorización garantiza que las características de las pacientes en ambos grupos sean similares, evitando que otras variables influyan en los resultados. Se incluyeron 150 mujeres embarazadas que estaban a punto de dar a luz por vía vaginal cefálica en el Hospital Carlos Andrade Marín de Quito. De esta población, se asignaron aleatoriamente 75 pacientes al grupo de manejo activo y 75 al grupo de manejo expectante. Esta muestra representativa de la población objetivo permite la extrapolación de los resultados a la población general con características similares. La aleatorización, un punto clave del diseño del estudio, se realizó con ayuda de una tabla de números aleatorios, asegurando la asignación aleatoria de las pacientes a cada grupo de tratamiento (manejo activo o expectante). Este procedimiento es fundamental para minimizar el sesgo de selección y asegurar la comparabilidad entre los grupos.

3. Hipótesis de la Investigación

La hipótesis principal del estudio postula que la incidencia de anemia y la cantidad de sangrado postparto disminuirán significativamente en las mujeres embarazadas de la ciudad de Quito que reciben manejo activo en la tercera fase del trabajo de parto, en comparación con aquellas que reciben manejo expectante. Esta hipótesis se basa en la evidencia existente sobre la eficacia del manejo activo en la reducción de la hemorragia postparto. El estudio se realizó en el servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Carlos Andrade Marín, un contexto que permitió la recolección de datos relevantes para probar la hipótesis. La hipótesis se centra en la comparación de dos estrategias: manejo activo del alumbramiento, basado en la administración profiláctica de oxitocina y pinzamiento temprano del cordón, versus manejo expectante, permitiendo el alumbramiento espontáneo. Se esperaba que el manejo activo, al promover la contracción uterina y la hemostasia, reduzca la pérdida de sangre y la incidencia de anemia. La validación de esta hipótesis tiene importantes implicaciones para la práctica clínica, dado el impacto negativo de la hemorragia postparto en la salud materna. El estudio buscó establecer una evidencia concreta para apoyar la adopción del manejo activo como procedimiento estándar en la atención del parto.

II.Materiales y Métodos

Se utilizaron dos grupos de 75 pacientes cada uno, asignados aleatoriamente al manejo activo (oxitocina intravenosa) o al manejo expectante (alumbramiento espontáneo). Se midió la cantidad de sangrado (evaluando el peso de las compresas), los niveles de hemoglobina y hematocrito antes y 12 horas después del parto. Se recopilaron datos adicionales como edad, estado civil, nivel de instrucción, gestaciones previas y tiempo de alumbramiento.

1. Diseño del Estudio y Asignación de Pacientes

El estudio empleó un diseño de ensayo clínico controlado, simple ciego y aleatorizado. Este riguroso diseño metodológico minimiza el sesgo y aumenta la confiabilidad de los resultados al comparar dos métodos de manejo del alumbramiento: manejo activo y manejo expectante. La naturaleza simple ciego del estudio implica que las pacientes no conocían a qué grupo pertenecían (activo o expectante), reduciendo el efecto placebo y otros sesgos potenciales relacionados con la expectativa del tratamiento. La aleatorización de las 150 participantes (75 por cada grupo) fue crucial para asegurar la similitud entre los grupos en términos de características demográficas y obstétricas preexistentes. Esto reduce el riesgo de que variables confusoras influyan en los resultados, garantizando la comparabilidad entre los grupos de manejo activo y expectante. La selección de pacientes se limitó a mujeres con embarazos a término que esperaban un parto vaginal cefálico en el Hospital Carlos Andrade Marín de Quito, Ecuador. El periodo de reclutamiento se extendió desde el 4 de septiembre hasta el 7 de noviembre de 2008. El proceso de asignación al azar se llevó a cabo usando una tabla de números aleatorios, un método estadístico reconocido que minimiza el sesgo en la asignación de tratamientos y garantiza la validez interna del estudio. Este procedimiento es fundamental para la interpretación de los resultados y la generalización de las conclusiones.

2. Variables Medidas y Procedimientos

Las variables principales medidas en el estudio fueron la cantidad de sangrado postparto durante la tercera etapa del trabajo de parto y los niveles de hemoglobina y hematocrito, tanto al ingreso hospitalario como 12 horas después del parto. La cantidad de sangrado se midió con el peso de las compresas utilizadas durante el alumbramiento, tomando precauciones para no incluir el líquido amniótico en la medición. Se utilizó una balanza mecánica previamente calibrada para cada paciente. Este proceso de medición precisa es vital para la exactitud de los datos recolectados. El manejo activo consistió en la administración de 10 unidades de oxitocina intravenosa (5 unidades inmediatamente después de la visualización del primer hombro del bebé y 5 unidades restantes en infusión continua). En cambio, el grupo de manejo expectante no recibió oxitocina, se dejó que la placenta se expulsara espontáneamente o con ayuda de la gravedad. Además de las variables principales, se recogieron otros datos como edad, estado civil, nivel de instrucción, número de gestaciones previas, presencia de episiotomía o desgarros, signos vitales, tiempo de alumbramiento y peso de la placenta. La recolección de datos demográficos y obstétricos permite un análisis multifactorial y la identificación de posibles factores de riesgo asociados con la hemorragia postparto. La biometría hemática pre parto se realizó para determinar los valores basales de hemoglobina y hematocrito.

3. Instrumentos de Recolección de Datos

La historia clínica de cada paciente fue el instrumento principal de recolección de datos, proporcionando información clínica relevante. La historia clínica, un documento universalmente reconocido y validado, garantiza la estandarización en la recolección de datos y la consistencia en la información obtenida. Los niveles de hematocrito y hemoglobina se midieron en el laboratorio del Hospital Carlos Andrade Marín, asegurando la estandarización y la calidad de los resultados. Mediante la historia clínica se registraron datos clínicos relacionados con la situación de cada paciente, su evolución, el tratamiento administrado y su recuperación. El uso de la historia clínica como herramienta principal de recolección de datos asegura la consistencia en la información y permite la integración de los resultados con la información clínica estándar disponible en los centros de salud. La determinación de los niveles de hematocrito a las 12 horas postparto es crucial, teniendo en cuenta que los valores reales disminuyen en las 6 horas posteriores al sangrado. La utilización de una metodología estandarizada en la medición de estas variables ayuda a la obtención de datos confiables y comparables a lo largo de la muestra.

III.Resultados

Los resultados mostraron que el manejo activo redujo significativamente la cantidad de hemorragia postparto y la prevalencia de anemia postparto (36% en el grupo de manejo activo vs 61.3% en el grupo de manejo expectante, p ≤ 0.002). El tiempo de alumbramiento fue también menor en el grupo con manejo activo. El estudio no encontró diferencias significativas entre los grupos en cuanto a las características de los recién nacidos. El riesgo relativo (RR) de anemia postparto fue 1.70 (IC 1.20–2.42) y ajustado a 9.45 (IC 4.8–18.4) para el grupo de manejo expectante comparado con el manejo activo. Las variables como estado civil y nivel de educación no afectaron significativamente la cantidad de sangrado.

1. Comparación de Manejo Activo vs. Expectante en Hemorragia Postparto

Los resultados del estudio mostraron una diferencia significativa en la cantidad de sangrado postparto entre los grupos de manejo activo y expectante. El grupo que recibió manejo activo experimentó una reducción considerable en la cantidad de hemorragia postparto en comparación con el grupo de manejo expectante. Esta diferencia apoya la hipótesis planteada sobre la eficacia del manejo activo en la reducción de la hemorragia. El análisis de los datos cuantificó la cantidad de sangrado mediante el peso de las compresas utilizadas, mostrando una diferencia estadísticamente significativa entre ambos grupos. Los datos obtenidos concuerdan con estudios previos que demostraron una reducción del 70% en la hemorragia postparto con el manejo activo. Aunque se tomaron precauciones para evitar la cuantificación del líquido amniótico junto con el sangrado, las pacientes con episiotomía o desgarros presentaron dificultades en la medición precisa. A pesar de esta limitación, los resultados reflejan claramente la superioridad del manejo activo en la reducción de la hemorragia postparto. El análisis estadístico incluyó ajustes para variables como la edad, profesión y nivel educativo, mostrando que estas no influyeron en la cantidad de sangrado. Este control estadístico refuerza la validez de los resultados obtenidos.

2. Incidencia de Anemia Postparto

El estudio también evaluó la incidencia de anemia postparto en ambos grupos. Los resultados revelaron una diferencia significativa en la prevalencia de anemia entre los grupos de manejo activo y expectante. El grupo con manejo activo presentó una incidencia significativamente menor de anemia postparto (36%) en comparación con el grupo de manejo expectante (61.3%), con una p ≤ 0.002. Este resultado proporciona evidencia robusta sobre la efectividad del manejo activo en la reducción del riesgo de anemia postparto. El riesgo relativo (RR) de anemia postparto fue de 1.70 (IC 1.20-2.42) y ajustado a 9.45 (IC 4.8-18.4) para el manejo expectante. La diferencia en la prevalencia de anemia entre ambos grupos es considerable, lo que resalta la importancia del manejo activo en la prevención de esta complicación. Las consecuencias de la anemia postparto, como estrés cardiovascular, mayor riesgo de transfusiones, fatiga, disnea y reducción de la producción de leche, son relevantes en la salud materna y el apego con el recién nacido. Por tanto, la menor incidencia de anemia en el grupo de manejo activo tiene implicaciones positivas en la salud materna y el desarrollo infantil.

3. Otros Resultados y Análisis

El análisis de las características generales de la población (estado civil, nivel de escolaridad, profesión) no mostró diferencias significativas entre los grupos de manejo activo y expectante. Este hallazgo indica que estas variables no influyen en la fisiopatología del sangrado postparto. El tiempo de alumbramiento fue significativamente menor en el grupo con manejo activo, lo que corrobora la eficacia de este método en la reducción del tiempo de expulsión placentaria. La ausencia de efectos negativos del manejo activo sobre el bienestar del recién nacido fue otro hallazgo importante. El análisis de los signos vitales, específicamente la frecuencia cardíaca, mostró que un porcentaje menor de pacientes en el grupo de manejo activo presentaron el primer signo de shock (aumento de la frecuencia cardíaca mayor a 100 latidos/min). Los resultados referentes a la retención de placenta o restos placentarios fueron más frecuentes en el grupo de manejo expectante. En conjunto, los resultados del estudio confirman que el manejo activo reduce significativamente el riesgo de hemorragia postparto y anemia, acorta el tiempo de alumbramiento y no afecta negativamente el bienestar del recién nacido. La importancia de estos resultados radica en su aplicación para mejorar la atención del parto, especialmente en países en desarrollo, donde la hemorragia postparto es una causa importante de morbilidad y mortalidad materna.

IV.Discusión y Conclusiones

Este estudio confirma la eficacia del manejo activo en la reducción del riesgo de hemorragia postparto y anemia postparto en una población de Quito, Ecuador. La oxitocina administrada en el manejo activo contribuyó a una mejor retracción uterina y un menor tiempo de alumbramiento, disminuyendo el riesgo de atonía uterina y complicaciones relacionadas. Los hallazgos respaldan la implementación del manejo activo como norma de atención en la tercera fase del trabajo de parto para reducir la mortalidad materna y la morbilidad materna en países en desarrollo. Se destaca la necesidad de promover la capacitación en el manejo activo para reducir la alta incidencia de hemorragia postparto en zonas rurales con acceso limitado a la atención médica.

1. Confirmación de la Hipótesis y Eficacia del Manejo Activo

Los resultados obtenidos confirman la hipótesis principal del estudio: el manejo activo del alumbramiento reduce significativamente la incidencia de hemorragia postparto y anemia postparto en comparación con el manejo expectante. La reducción en la cantidad de sangrado postparto fue notable en el grupo de manejo activo, coincidiendo con hallazgos de otros estudios que reportan una disminución de hasta el 70% en la hemorragia. La menor prevalencia de anemia postparto en el grupo de manejo activo (36% vs 61.3% en el grupo control) es estadísticamente significativa, con un riesgo relativo ajustado que demuestra la superioridad del manejo activo en la prevención de esta complicación. El menor tiempo de alumbramiento en el grupo de manejo activo se relaciona directamente con la reducción del sangrado, lo que refuerza la importancia de esta práctica en la prevención de la hemorragia postparto y sus consecuencias negativas. El análisis de datos controló variables como edad, estado civil, nivel de escolaridad y profesión, mostrando que no tuvieron un impacto significativo en los resultados, lo que aumenta la validez interna del estudio y la fuerza de las conclusiones. Estos datos confirman la eficacia del manejo activo como método preventivo para reducir la morbilidad y mortalidad materna asociada con la hemorragia postparto.

2. Implicaciones para la Salud Pública y la Práctica Clínica

Los resultados de este estudio tienen importantes implicaciones para la salud pública, especialmente en países en desarrollo donde la hemorragia postparto es una causa principal de mortalidad materna. La evidencia contundente a favor del manejo activo del alumbramiento en la reducción de hemorragia y anemia postparto justifica la implementación de esta práctica como una norma estándar de atención. La información obtenida destaca la necesidad de mejorar la capacitación del personal de salud (parteras y médicos) en el manejo activo para asegurar su correcta aplicación. La gran diferencia entre los porcentajes de anemia postparto en los grupos (23% vs 58.3%) resalta la importancia de la prevención a través del manejo activo para evitar las complicaciones de la anemia, como el estrés cardiovascular, la necesidad de transfusiones sanguíneas, la fatiga y la disminución de la producción de leche materna. El estudio resalta la urgencia de implementar estrategias para reducir la alta incidencia de hemorragia postparto en zonas rurales con acceso limitado a la atención médica, donde la mayoría de los partos ocurren en casa, aumentando así los riesgos para las mujeres. La conclusión central es la necesidad de difundir el uso del manejo activo como una práctica esencial para la prevención de la atonía uterina y la consiguiente hemorragia postparto.

3. Limitaciones y Estudios Futuros

Si bien este estudio proporciona evidencia sólida sobre los beneficios del manejo activo del alumbramiento, es importante reconocer algunas limitaciones. La dificultad para medir con precisión el sangrado en pacientes con episiotomía o desgarros es una de ellas. Estudios futuros podrían explorar métodos más precisos para la cuantificación del sangrado en estas situaciones. Además, la muestra del estudio se limita a un hospital en Quito, Ecuador, por lo que la generalización de los resultados a otras poblaciones debe hacerse con cautela. Se recomienda la realización de estudios a mayor escala, en diferentes contextos geográficos y con poblaciones más diversas para confirmar la generalizabilidad de los hallazgos. Investigaciones adicionales podrían explorar la implementación del manejo activo en diferentes entornos de atención, incluyendo áreas rurales con recursos limitados, para determinar la viabilidad y la eficacia de esta práctica en diversas circunstancias. El enfoque en la capacitación del personal de salud en el manejo activo debería ser una prioridad para asegurar una adecuada implementación en la práctica clínica y la maximización de los beneficios para la salud materna.