Trastorno Depresivo Mayor D R A. M A R Í A Y O L D I N E G R E T E

Trastornos Depresivos: DSM-IV-TR

Información del documento

Autor

J. J. López-Ibor Aliño et al.

Especialidad Psiquiatría
Empresa

Masson

Tipo de documento Capítulo de libro (se infiere del contexto)
Idioma Spanish
Formato | PDF
Tamaño 0.96 MB

Resumen

I.Tipos de Trastornos Depresivos

El documento describe diferentes tipos de depresión, incluyendo el Trastorno Depresivo Mayor (TDM), caracterizado por uno o más episodios depresivos mayores, y el Trastorno Distímico, con ánimo depresivo crónico durante al menos dos años, sin alcanzar la gravedad del TDM. Ambos trastornos se asocian con una significativa alteración del humor y presentan síntomas como tristeza, anhedonia (pérdida de interés o placer), cambios en el sueño, fatiga, y cambios en el apetito. La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la depresión como una importante causa de discapacidad a nivel mundial.

1. Trastorno Depresivo Mayor TDM

El documento define el Trastorno Depresivo Mayor (TDM) como la presencia de uno o más episodios depresivos mayores. No se detallan los criterios diagnósticos específicos de estos episodios en esta sección, pero se establece claramente que es un trastorno caracterizado por una alteración significativa del humor, formando parte de los trastornos del estado de ánimo. La información se basa en las referencias de JJ López-Ibor Aliño et al., DSM-IV TR, Masson, 2002, y se presenta como una introducción al concepto de TDM dentro de un contexto más amplio de trastornos depresivos. Se entiende que la definición implica un impacto significativo en la vida del individuo, aunque la extensión de este impacto no se especifica en esta sección inicial. La severidad del TDM se contrasta implícitamente con la del Trastorno Distímico en las siguientes secciones. El documento establece una base conceptual para entender el TDM como un trastorno específico dentro de la categoría más amplia de los trastornos depresivos, sirviendo como punto de partida para una exploración más profunda de sus características, diagnóstico y tratamiento en otras partes del texto. Su relación con otros trastornos depresivos, como el Trastorno Distímico, queda sugerida para ser explicada con más detalle más adelante.

2. Trastorno Distímico

En contraste con el TDM, el documento describe el Trastorno Distímico como una condición de ánimo depresivo persistente. Se caracteriza por la presencia de un ánimo depresivo durante la mayoría de los días, durante al menos dos años, acompañado de otros síntomas depresivos. Sin embargo, la intensidad de estos síntomas y su impacto funcional no alcanzan el nivel de gravedad requerido para el diagnóstico de un episodio depresivo mayor. Esta distinción es crucial para comprender las diferencias en la severidad y el curso clínico entre ambos trastornos. Aunque se mencionan otros síntomas depresivos, no se especifican cuáles son en esta sección, lo que implica que una descripción más detallada se presentará en otras partes del documento. La información se basa en las referencias de JJ López-Ibor Aliño et al., DSM-IV TR, Masson, 2002, que sirve como apoyo para la comprensión de los criterios diagnósticos y las características distintivas de este trastorno. La breve descripción presenta al Trastorno Distímico como una condición menos intensa que el TDM, pero con una duración crónica que destaca su impacto significativo a largo plazo en la vida del individuo.

II. Factores de Riesgo de la Depresión

Varios factores incrementan el riesgo de sufrir depresión. Es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres, con un pico de incidencia entre los 20 y 40 años. La historia familiar de depresión, el estado civil (separados y divorciados presentan mayor riesgo), el periodo posparto, y la presencia de eventos adversos en la vida son factores significativos. La OMS reporta una alta prevalencia de la depresión, siendo una de las principales causas de años vividos con discapacidad (YLDs) y años de vida ajustados por discapacidad (DALYs).

1. Sexo y Edad como Factores de Riesgo

El documento destaca el sexo como un factor de riesgo significativo para la depresión, siendo dos veces más frecuente en mujeres. La edad también influye, con un pico de presentación entre los 20 y 40 años. Estas observaciones sugieren una posible interacción entre factores biológicos y hormonales y la vulnerabilidad a la depresión. La información se presenta de forma concisa, ofreciendo datos estadísticos relevantes sobre la prevalencia de la depresión en relación con el sexo y el grupo etario. No se exploran las razones subyacentes a esta correlación, sugiriendo que se profundizará en otros apartados del texto. La presentación de estos datos iniciales en el documento sirve como una introducción a los factores de riesgo, planteando la importancia de considerar variables biológicas y demográficas al analizar la etiología de la depresión. La brevedad de la descripción invita al lector a buscar mayor información en el resto del texto para una comprensión más completa de estos factores.

2. Historia Familiar y Estado Civil

La presencia de una historia familiar de depresión aumenta el riesgo entre 1.5 y 3 veces. Esto sugiere un componente genético o ambiental compartido dentro de las familias. Respecto al estado civil, las personas separadas y divorciadas muestran tasas más altas de depresión. En los hombres, el matrimonio se asocia con menores tasas que en los no casados, mientras que en las mujeres se observa lo contrario. Esta información indica la influencia del entorno social y familiar en el desarrollo de la depresión, sugiriendo la importancia de factores psicosociales en la vulnerabilidad a la enfermedad. El documento presenta estos datos de manera concisa, presentándolos como hechos observados sin entrar en detalles sobre los mecanismos subyacentes a estas correlaciones. Se deja a otras partes del documento el análisis más detallado de la interacción entre factores genéticos, ambientales y socioculturales. La inclusión de estos datos en esta sección permite una introducción a la complejidad de los factores de riesgo, destacando la importancia de la historia familiar y el contexto social.

3. Posparto y Eventos Adversos

El periodo posparto se identifica como un factor de riesgo, con un incremento en la probabilidad de depresión en los primeros seis meses después del parto. La muerte de uno de los padres se menciona como un posible evento adverso de la vida asociado con un mayor riesgo de depresión. Estos puntos destacan la importancia de los factores estresantes y los cambios hormonales en la vulnerabilidad a la depresión. El documento ofrece una breve descripción de estos factores, indicando la importancia de eventos vitales negativos y cambios fisiológicos significativos en el desarrollo de la depresión. Aunque se mencionan ejemplos específicos, no se profundiza en otros tipos de eventos adversos. La información se presenta como una introducción a la influencia de factores biológicos y ambientales en el desarrollo de la depresión, sirviendo como punto de partida para una exploración más detallada de las interacciones entre estos factores en secciones posteriores.

III. Estadísticas e Impacto de la Depresión

La depresión tiene un impacto devastador. El riesgo a lo largo de la vida es de 10 a 25% en mujeres y de 5 a 12% en hombres. La OMS resalta que la depresión es tratable en atención primaria, sin embargo, menos del 25% de las personas afectadas reciben tratamiento adecuado. Las consecuencias incluyen un aumento significativo en la mortalidad debido a suicidio (30,000 a 35,000 suicidios anuales), accidentes, y problemas derivados del abuso de sustancias. La regla de los 7 indica que 1 de cada 7 pacientes con depresión puede llegar al suicidio.

1. Prevalencia y Carga de la Depresión

El documento presenta datos sobre la prevalencia de la depresión a lo largo de la vida, indicando un riesgo del 10 al 25% en mujeres y del 5 al 12% en hombres. Se destaca la información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que la posiciona como la primera causa de discapacidad medida en años vividos con discapacidad (YLDs) y como un factor importante en años de vida ajustados por discapacidad (DALYs). Específicamente, en el año 2000, ocupó el cuarto lugar como factor contribuyente a los DALYs y el segundo lugar en la categoría de 15 a 44 años. Para el año 2020, se estima que ocupa el segundo lugar en DALYs para ambos sexos y todas las edades. Esta información cuantifica el impacto significativo de la depresión en la salud pública a nivel global, destacando su alta prevalencia y su contribución sustancial a la carga de morbilidad mundial. La inclusión de datos de la OMS refuerza la credibilidad de la información y su relevancia en el contexto de la salud pública. La comparación entre datos del año 2000 y 2020 muestra una tendencia preocupante, indicando un aumento potencial de la carga de la depresión a lo largo del tiempo.

2. Costos Ocultos y Mortalidad Asociada

El texto destaca los costos ocultos asociados a la falta de tratamiento de la depresión, enfatizando el impacto en la mortalidad. Se estima una tasa de entre 30,000 y 35,000 suicidios anuales. Además, se mencionan accidentes fatales debido a la mala concentración, muertes por secuelas de la enfermedad (como el abuso de alcohol), intentos de suicidio, accidentes, enfermedades resultantes, pérdida de trabajo, incapacidad para avanzar en estudios y abuso de sustancias. Estos datos ilustran la amplia gama de consecuencias negativas que pueden derivar de una depresión no tratada, incluyendo el impacto económico y social. La cuantificación de los suicidios proporciona una medida alarmante de la gravedad del problema, mientras que la enumeración de otros problemas de salud, sociales y económicos subraya la magnitud del impacto de la depresión no tratada. El texto presenta esta información como una advertencia sobre las consecuencias de no abordar la depresión de manera efectiva, resaltando la necesidad urgente de diagnósticos y tratamientos oportunos y adecuados.

3. Acceso al Tratamiento y Curso de la Enfermedad

Según el documento, menos del 25% de las personas afectadas por depresión tienen acceso a un tratamiento efectivo, incluso menos del 10% en algunos países. Se menciona que entre el 60 y el 80% de los episodios depresivos mayores son recurrentes. Se describe el curso natural de la enfermedad sin tratamiento: después de un año, el 40% continúa con TDM, el 20% en remisión parcial y el 40% sin trastorno depresivo. Asimismo, se indica que un episodio único tiene entre 50% y 60% de probabilidad de recurrencia, aumentando a 70% en el caso de un segundo episodio. Esta información destaca la necesidad de un mayor acceso a tratamientos adecuados y eficaces. La recurrencia de la depresión se resalta como un punto crucial, justificando la necesidad de tratamientos a largo plazo. La estadística sobre la evolución natural de la enfermedad sin intervención médica demuestra la importancia del tratamiento para prevenir la cronicidad y mejorar el pronóstico. Los datos presentados señalan la urgencia de mejorar el acceso a la atención médica y la implementación de estrategias para un tratamiento efectivo y continuo.

IV. Diagnóstico y Criterios de la Depresión

El diagnóstico de depresión según el DSM-IV-TR requiere la presencia de tristeza y/o anhedonia durante al menos dos semanas, junto con al menos cuatro síntomas adicionales, como pensamientos suicidas, enlentecimiento del pensamiento, cambios en el sueño y el apetito, sentimientos de culpa y minusvalía. Es crucial descartar otras causas, como el uso de sustancias o el duelo (a menos que persista más de dos meses).

1. Criterios Diagnósticos según DSM IV TR

El diagnóstico de la depresión, según el DSM-IV-TR, se basa en la presencia de al menos tristeza y/o anhedonia, junto con al menos cuatro síntomas adicionales, durante un periodo mínimo de dos semanas. Estos síntomas deben representar un cambio significativo en comparación con la actividad previa del individuo. Los criterios excluyen episodios mixtos, y el malestar debe ser clínicamente significativo, provocando deterioro laboral, social o en otras áreas importantes de la vida. Además, se debe descartar que los síntomas sean causados por el efecto de una sustancia o por un duelo (excepto si el duelo persiste por más de dos meses). La referencia al DSM-IV-TR proporciona un marco estandarizado para el diagnóstico, permitiendo una evaluación consistente y objetiva de la presencia de depresión. Se enfatiza la necesidad de diferenciar la depresión de otras afecciones, subrayando la importancia de una evaluación completa del paciente para un diagnóstico preciso. La información se presenta como una guía concisa de los criterios diagnósticos, destacando la importancia de cada uno de los puntos mencionados para una correcta evaluación clínica.

2. Síntomas Asociados a la Depresión

Además de la tristeza y/o anhedonia, el documento lista otros síntomas asociados a la depresión, incluyendo pensamientos suicidas, enlentecimiento del pensamiento o pobre concentración, cambios en el sueño, fatiga, pérdida de interés, disminución de la actividad sexual, cambios en el apetito, sentimientos de minusvalía o culpa, y retraso psicomotor o agitación. Esta lista no es exhaustiva, pero proporciona una visión general de los síntomas que con frecuencia acompañan a la depresión. La inclusión de estos síntomas ayuda a proporcionar una imagen más completa del cuadro clínico de la depresión. La lista sirve para ilustrar la diversidad de manifestaciones clínicas de la depresión, permitiendo a los profesionales de la salud una mejor comprensión de la variedad de síntomas que pueden presentarse en diferentes pacientes. No se profundiza en la fisiopatología de cada síntoma, pero sirve como una guía general para la identificación de los mismos durante una evaluación diagnóstica. La descripción de los síntomas proporciona una base para la comprensión de la experiencia subjetiva de la persona que padece depresión.

V. Fisiopatología y Tratamiento de la Depresión

La depresión implica una alteración de los neurotransmisores, especialmente las monoaminas, en el cerebro. Esto afecta la producción del Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF), crucial para la salud neuronal. El tratamiento incluye psicoterapia (especialmente la terapia cognitivo-conductual e interpersonal) y farmacoterapia con antidepresivos (IMAO, tricíclicos, tetracíclicos, ISRS). El tratamiento a largo plazo es fundamental, dado el carácter crónico y recurrente de la depresión.

1. Fisiopatología de la Depresión

El documento describe la depresión como una enfermedad que implica una alteración en la química cerebral, específicamente en los neurotransmisores. Se menciona una disminución de las monoaminas, un tipo específico de neurotransmisores relacionados con la depresión. Se explica que las monoaminas participan en la activación de genes que producen el Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF), una proteína esencial para la generación y conexión de nuevas neuronas. La deficiencia de monoaminas resulta en una baja producción de BDNF, lo que lleva a la desconexión y muerte neuronal, explicando la relación entre la depresión y el deterioro cognitivo. La información se basa en las referencias de JJ López-Ibor Aliño et al. y Stahl, ofreciendo una visión simplificada de la fisiopatología de la depresión, enfatizando el papel de los neurotransmisores y el BDNF. No se profundiza en los mecanismos moleculares específicos, sino que se presenta una explicación general para entender la base biológica de la enfermedad. La breve descripción sirve como una introducción a la complejidad de los procesos neurobiológicos involucrados en la depresión, dejando espacio para una exploración más profunda en otras secciones o textos especializados.

2. Tratamiento Farmacológico de la Depresión

El documento menciona varias familias de antidepresivos utilizados en el tratamiento de la depresión, incluyendo los IMAO, tricíclicos, tetracíclicos, inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS) e inhibidores selectivos de la recaptura de norepinefrina. Esta lista no es exhaustiva, pero presenta las principales clases de antidepresivos disponibles. Se compara la farmacoterapia con la psicoterapia y el placebo, indicando que la farmacoterapia es superior a la psicoterapia, que a su vez es superior al placebo. La información se basa en Stahl y Medscape, ofreciendo una visión general de las opciones farmacológicas. No se describen los mecanismos de acción de cada familia de antidepresivos ni sus efectos secundarios. Se destaca la duración promedio del tratamiento con antidepresivos (78 días), contrastándolo con el tratamiento de enfermedades crónicas como la hipertensión, para enfatizar la necesidad de un tratamiento a largo plazo en la depresión. La información se presenta de forma resumida, indicando la necesidad de un abordaje más complejo y prolongado que el habitual en otras enfermedades crónicas.

3. Tratamiento Psicoterapéutico y Duración del Tratamiento

Además del tratamiento farmacológico, el documento menciona la psicoterapia como una opción terapéutica, especificando la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal como ejemplos. Se subraya la importancia del tratamiento a largo plazo para la depresión, contrastando la duración promedio del tratamiento con antidepresivos (78 días) con la necesidad de un tratamiento continuo para enfermedades crónicas como la hipertensión. La información se basa en Stahl y Medscape, que proporcionan datos sobre la eficacia de la psicoterapia y la necesidad de un tratamiento a largo plazo. La breve descripción de la psicoterapia como una opción terapéutica complementa la información sobre farmacoterapia, indicando la importancia de un abordaje multidisciplinario. Se enfatiza la naturaleza crónica y recurrente de la depresión, lo que justifica la necesidad de un manejo terapéutico a largo plazo para mantener la respuesta al tratamiento y prevenir recaídas. La información se presenta como una conclusión, resumiendo la importancia de un tratamiento integral y sostenido para la depresión.