Un acercamiento a la participación del clero en la lucha por la independencia de Santafé y la Nueva Granada: el caso de los dominicos (1750-1815)

Dominicos y Libertad: Nueva Granada (1750-1815)

Información del documento

Autor

William Elvis Plata

Escuela

Universidad de San Buenaventura

Especialidad Historia
Tipo de documento Artículo
Idioma Spanish
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Resumen

I.El Papel de los Frailes Dominicos en la Independencia de la Nueva Granada

Este artículo analiza la participación de los frailes dominicos de Santafé de Bogotá y el centro del país en la lucha por la independencia de la Nueva Granada. Se centra en cómo las Reformas Borbónicas, que minaron la confianza de la comunidad dominicana en el régimen, impactaron su rol en la sociedad colonial y cómo, gradualmente, se fueron comprometiendo con la causa independentista, desde el 20 de julio de 1810 hasta la reconquista española. El estudio explora la compleja relación entre la Iglesia y la monarquía, incluyendo el regalismo y la influencia de las órdenes religiosas (franciscanos, agustinos, mercedarios, jesuitas, capuchinos, hospitalarios) en aspectos religiosos, económicos y políticos de la sociedad colonial. Se destaca la importancia de las capellanías, cofradías y el control educativo-ideológico ejercido por órdenes como los dominicos y jesuitas. La expulsión de los jesuitas en 1767 tuvo consecuencias significativas, redistribuyendo sus misiones entre otras órdenes.

1. El Rol de las Órdenes Religiosas en la Sociedad Colonial

La Orden de los Frailes Predicadores (dominicos), presente en Colombia desde 1529, jugó un papel crucial en la conquista, evangelización y colonización españolas. Su influencia, al igual que la de otras órdenes como los franciscanos, agustinos, mercedarios, jesuitas, capuchinos y hospitalarios, permeó todos los aspectos de la sociedad colonial: religioso, económico, político y social. Esta profunda influencia se sustentó en una estrecha relación entre la Iglesia y la monarquía, una simbiosis que benefició a ambas instituciones. El vínculo entre lo religioso y lo económico se manifestó a través de las capellanías, que generaban rentas para los conventos, algunos de los cuales operaban como prestamistas. Las cofradías, creadas con fines religiosos, se convirtieron en instrumentos para articular los intereses de grupos, incluyendo las élites criollas, quienes las usaron para mantener la separación étnica y social, conservar privilegios y luchar contra el paganismo indígena y el mestizaje. Finalmente, órdenes como los dominicos y jesuitas ejercieron un importante control educativo-ideológico a través de colegios mayores y universidades. Durante los dos primeros siglos de colonización, las órdenes gozaron de un grado considerable de independencia de las autoridades civiles, defendiendo su autonomía basándose en los 'grandes servicios' prestados a la Corona en la evangelización y colonización del continente americano. Esta autonomía se mantuvo gracias al respeto de los funcionarios reales, especialmente durante la época de los Habsburgo, quienes evitaban hostigar a las comunidades religiosas a menos que sus acciones causaran conflictos públicos notorios. La erudición de los frailes los llevó a desempeñar roles de asesores para los gobernantes locales.

2. La Influencia del Clero Secular y el Regalismo

La Corona buscó controlar y asegurar la lealtad del clero secular al rey, por encima del Papa, mediante la implementación de políticas regalistas. Se intentó fortalecer esta sumisión a través de concilios provinciales bajo supervisión real, buscando fortalecer la disciplina clerical y enfatizar la autoridad real sobre la Iglesia. Sin embargo, estos esfuerzos tuvieron poco éxito en la Nueva Granada, excepto en México, debido en parte a la temprana muerte del arzobispo de Santafé, fray Agustín Manuel Camacho y Rojas, en 1772. Los religiosos, desde un comienzo, demostraron lealtad a la Corona y defendieron el patronato real. Existen numerosas cédulas reales que elogian el trabajo de los dominicos, evidenciando su colaboración con las decisiones reales, incluso cuando esto significaba oponerse a los intereses de cabildos, encomenderos y particulares. La fidelidad a la Corona se reforzó en 1768, cuando el Colegio-Universidad Santo Tomás de Santafé hizo jurar a sus graduados fidelidad al soberano español, en respuesta a la creciente influencia de ideas antiabsolutistas y antirregalistas en Europa.

3. Las Reformas Borbónicas y su Impacto en las Órdenes Religiosas

Las Reformas Borbónicas, implementadas gradualmente desde antes de la expulsión de los jesuitas, apuntaban a fortalecer el absolutismo real y la centralización del Estado. Estas reformas afectaron profundamente a la institución eclesiástica, fortaleciendo el regalismo y poniendo en la mira a las órdenes religiosas, especialmente la Compañía de Jesús, expulsada de los territorios españoles en 1767. Las primeras medidas incluyeron la prohibición de fundar nuevos conventos en 1717, la limitación de nuevos novicios en 1734, y la prohibición al clero regular de participar en la redacción de testamentos en 1754. La secularización de doctrinas, implementada entre 1749 y 1753, fue la reforma más impactante. A pesar de la justificación pública de la medida basada en la relajación de los conventos, el proceso fue gradual y enfrentó resistencia de los religiosos, quienes buscaron formas de eludir las nuevas leyes sin desobedecerlas abiertamente. La expulsión de los jesuitas dejó vacantes extensas misiones en zonas fronterizas, que fueron asumidas por otras órdenes religiosas, incluyendo los dominicos, a pesar de su falta de experiencia en esos territorios.

II.Las Reformas Borbónicas y la Respuesta Dominicana

Las medidas reformistas, incluyendo la prohibición de fundar nuevos conventos (1717), la limitación de nuevos novicios (1734), la prohibición de participar en la redacción de testamentos (1754), y la crucial secularización de doctrinas (1749-1753), generaron tensiones. Los dominicos, a pesar de la resistencia de los obispos, buscaron eludir las reformas sin desobedecerlas abiertamente. La secularización fracasó en su objetivo de aislar a los frailes del pueblo. La expulsión de los jesuitas en 1767 impactó significativamente a la Orden de Predicadores, que se hizo cargo de algunas misiones sin experiencia previa. El Colegio-Universidad Santo Tomás de Santafé, demostró su fidelidad a la Corona, haciendo jurar a sus graduados lealtad al rey.

1. Implementación Gradual de las Reformas Borbónicas

Las Reformas Borbónicas se introdujeron gradualmente, comenzando años antes de la expulsión de los jesuitas. El proceso inició con la prohibición de fundar nuevos conventos en 1717, seguida de la limitación de la incorporación de nuevos novicios durante diez años en 1734, y la prohibición al clero regular de participar en la redacción de testamentos en 1754. Sin embargo, la medida que causó mayor impacto fue la secularización de doctrinas, decretada entre 1749 y 1753. Esta medida, justificada públicamente por la supuesta relajación de los conventos y comunidades, fue recibida con resistencia por parte de las órdenes religiosas. Documentos reales, como una nota del Consejo de Indias en 1759, y la participación de obispos y arzobispos en el apoyo a la decisión real, reflejan la complejidad del proceso. Se destaca la existencia de tensiones previas entre las órdenes religiosas y los obispos, quienes contribuyeron con argumentos para respaldar la decisión de la Corona. La resistencia de los religiosos se manifestó en una activa reacción epistolar y jurídica que retrasó la aplicación de las medidas y la entrega de doctrinas, como lo evidencian documentos como la 'Carta de Fr. Julián' y la 'Respuesta de los' (f. 24). Varios frailes lograron ser nombrados párrocos interinos, extendiendo su influencia en las comunidades a pesar de las reformas.

2. La Secularización de Doctrinas y la Expulsión Jesuita

La secularización de doctrinas, aunque pretendía alejar a los frailes del contacto con el pueblo y confinarlos al claustro, fracasó en su objetivo. Los religiosos encontraron formas de eludir las disposiciones legales sin desobedecerlas directamente, una práctica común entre los habitantes de América. Además de la resistencia jurídica y epistolar, los religiosos lograron retrasar la entrega de las doctrinas. La expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, que poseía extensas misiones en zonas fronterizas, tuvo un impacto considerable. Sus misiones fueron transferidas a otras órdenes, incluyendo los dominicos, a pesar de su falta de experiencia en este tipo de trabajo. Esto generó nuevos retos y presiones para los dominicos en la segunda mitad del siglo XVIII. El fracaso de la secularización en el ámbito local, al menos en lo que respecta a la separación entre frailes y el pueblo, y la efectiva resistencia de las órdenes a la aplicación total de las reformas son dos elementos clave de este período.

3. El Regalismo la Ilustración y el Sistema Educativo

Las reformas borbónicas tuvieron un impacto significativo en el plano ideológico, mediante la introducción de la Ilustración a través de reformas en el sistema educativo. Un conflicto emblemático fue el pleito entre las autoridades civiles de Santafé y los dominicos por el proyecto del fiscal Antonio Moreno y Escandón de crear una universidad pública ilustrada, que amenazaba la Universidad Santo Tomás de línea escolástica ortodoxa. Aunque los dominicos ganaron el pleito, el prestigio del sistema educativo escolástico se vio debilitado, minando la confianza en los religiosos como educadores. Este desprestigio fue crucial para los ataques posteriores contra las órdenes religiosas durante el período republicano. A pesar de la victoria en el pleito, los frailes dominicos del Colegio de Santo Tomás no se limitaron a la defensa legal. Escribieron un tratado, titulado “Memoria justificativa de los sentimientos del Angélico Doctor Santo Tomás sobre la absoluta independencia de los Soberanos sobre la indisolubilidad del juramento de sus vasallos y sobre el regicidio”, en defensa del regalismo y contra las doctrinas del regicidio y tiranicidio. Este documento, que se conserva en el archivo de la Provincia Dominicana de Colombia, atacaba la obra de Francisco Suárez (jesuita del siglo XVI) y justificaba la expulsión de los jesuitas por defender ideas consideradas contrarias al absolutismo real.

III.Los Dominicos Ante la Independencia y la Patria Boba

El artículo examina la participación dominica durante la Patria Boba. A pesar de la expectativa de apoyo del movimiento independentista, la participación activa de los frailes fue limitada. Se destaca la participación de Fray Mariano Garnica, rector de la Universidad Santo Tomás, quien firmó el acta de independencia. Fray Pablo Lobatón, se desempeñó como agitador. La mayoría de los frailes, particularmente en Santafé de Bogotá, se mantuvieron en una postura ambigua, priorizando la prudencia para evitar represalias tanto de realistas como de patriotas. En cambio, el clero secular fue el principal apoyo de los civiles patriotas. El estudio contrasta la participación de frailes en Santafé con la mayor implicación en zonas como Boyacá, explicando estas diferencias regionales y la relativa neutralidad en Santafé debido a su posición estratégica y la diversidad de opiniones. La situación económica de los conventos, afectada por la enajenación de bienes por parte de la corona, especialmente después del terremoto de 1785, también influyó en las decisiones de los religiosos.

1. La Posición de los Dominicos Antes del 20 de Julio de 1810

Antes del movimiento independentista del 20 de julio de 1810, la actitud de los dominicos no era claramente definida. Si bien habían mostrado fidelidad a la Corona a lo largo de la Colonia y habían recibido elogios en cédulas reales por su trabajo, la situación cambió con las reformas borbónicas y el auge de ideas antiabsolutistas. En 1768, el Colegio-Universidad Santo Tomás de Santafé hizo jurar fidelidad al rey a sus graduados. A pesar de ello, la confianza en la monarquía se había resquebrajado, lo que creó un ambiente de incertidumbre entre los religiosos. En las reuniones de septiembre de 1809, convocadas por el virrey Amar y Borbón, los dominicos Juan Antonio de Buenaventura y Mariano Garnica recibieron el encargo de utilizar su influencia para evitar una toma de poder por parte de los criollos. No obstante, se desconoce si cumplieron con este encargo, ya que posteriormente ambos se involucraron activamente en el bando patriota. La toma de poder por los criollos en Quito en agosto de 1809, acrecentó las tensiones entre criollos y peninsulares. En las reuniones de emergencia en Santafé, la mayoría de los religiosos presentes se opusieron a las acciones de los criollos quiteños, aunque algunos, como el canónigo Andrés Rosillo, simpatizaron con el movimiento. La falta de una postura unificada entre los religiosos previo al inicio del movimiento independentista es un aspecto crucial a considerar.

2. Participación Dominicana durante la Patria Boba

Durante los eventos del 20 de julio de 1810 y la subsecuente Patria Boba, la participación de los dominicos fue notablemente limitada. La ausencia de la firma del provincial dominico en el Acta de Independencia refleja la cautela de la orden. Entre los dominicos, solo fray Pablo Lobatón tuvo una participación activa como agitador. Fray Mariano Garnica, rector de la Universidad Santo Tomás, sí firmó el acta y presidió la reunión del 29 de julio. La escasa implicación de los religiosos regulares se contrasta con la mayor participación del clero secular, quienes fueron los principales apoyos de los civiles patriotas. Esta diferencia se explica por el hecho de que los párrocos y misioneros tenían mayor control sobre la población y el reclutamiento de tropas, mientras que el clero regular tenía mucho más que perder al comprometerse plenamente con un movimiento que parecía inestable. La situación económica precaria de los dominicos en Santafé de Bogotá también jugó un rol. A pesar de tener grandes capitales en censos, los ingresos reales eran muy bajos, lo cual limitaba su capacidad para tomar riesgos políticos.

3. Análisis de la Participación Regional y las Motivaciones

El análisis de la participación de los frailes dominicos revela una distribución geográfica desigual. Un significativo 59% de los frailes involucrados en el movimiento provenían de conventos y parroquias del actual departamento de Boyacá (Chiquinquirá, Tunja, Ecce-Homo, Villa de Leyva), mientras que solo el 12% eran de Santafé y Cundinamarca. Esta disparidad se atribuye a varios factores. Santafé, como centro de un gobierno republicano centralista y con fuertes círculos realistas, incentivaba la prudencia. Muchos religiosos en Santafé creían que la independencia, en un modelo federalista, podría causar la ruina de la ciudad. Por lo tanto, la mayoría evitó declaraciones públicas que pudieran comprometerlos con alguno de los bandos. En contraste, la provincia de Tunja, ubicada en el camino hacia el Casanare y los Llanos venezolanos, centros de reclutamiento para la causa patriota, facilitó una mayor participación de sus frailes. Un cambio de régimen se presentaba como una oportunidad para muchos frailes en Boyacá de ascender social y políticamente. En Santafé, aunque en 1810 sólo el rector de la Universidad Santo Tomás firmó la independencia, en 1813, el prior y el provincial sí lo hicieron en el acta de independencia de Cundinamarca. La mayoría de los frailes del convento de Santafé mantuvieron una actitud de acomodamiento a las circunstancias, con una participación parcial según convenía, mientras que quienes sí apoyaron el movimiento destacaron por su radicalismo.

IV.Casos Significativos de Participación Patriota

El texto presenta tres casos de frailes dominicos de Santafé que se involucraron en la causa patriota: Fray Juan Antonio de Buenaventura, Fray Pablo Lobatón, y Fray Ignacio Mariño. Fray Pablo Lobatón, doctor en ambos derechos, fue un caso notable de clérigo militar, desempeñando funciones político-militares en los Llanos. Fray Ignacio Mariño, un ejemplo de misionero-guerrero, participó activamente en el ejército patriota, llegando al grado de coronel. La participación de estos frailes ilustra la diversidad de roles y compromisos individuales dentro de la orden. El estudio también destaca el apoyo financiero, aunque inicialmente limitado, de algunos conventos al gobierno republicano, particularmente después de la amenaza de la reconquista española.

1. Fray Juan Antonio de Buenaventura Liderazgo y Consecuencias

Fray Juan Antonio Mariano de Buenaventura y Castillo (1775- ¿1816?), perteneciente a una destacada familia de Ibagué y sobrino de fray Jacinto Antonio de Buenaventura (defensor de la Universidad Santo Tomás en un pleito con las autoridades virreinales en la década de 1770), representa un caso significativo de compromiso con la causa patriota. Buenaventura era uno de los frailes más experimentados y preparados del convento y la provincia dominicana. Su participación refleja la importancia de las relaciones familiares y los vínculos entre política y religión. La familia Buenaventura se involucró activamente en el bando patriota, participando en ejércitos y milicias. La implicación de Buenaventura, un líder respetado dentro del convento, demuestra el riesgo personal que algunos religiosos estaban dispuestos a asumir al apoyar el movimiento independentista. La consecuencia de este compromiso para Buenaventura, quien perdió su prestigio y futuro al involucrarse en la causa patriota, evidencia la gravedad de las consecuencias que podían enfrentar los religiosos que se oponían abiertamente al régimen colonial. Incluso, uno de sus familiares, el teniente coronel Nicolás María de Buenaventura, fue fusilado por Pablo Morillo en 1816, lo cual subraya el contexto de riesgo en el que se desenvolvían los participantes del bando patriota.

2. Fray Pablo Lobatón El Clérigo Militar

El caso de fray Pablo Lobatón, doctor en ambos derechos y ex profesor del Colegio y Universidad Santo Tomás, destaca la participación de clérigos en roles político-militares. Su envío a las misiones del Casanare en 1811, a pesar de las condiciones insalubres y peligrosas de la zona, es notable. Las misiones del Casanare no eran consideradas deseables por los frailes debido a los riesgos que representaban, lo que hace excepcional el nombramiento de Lobatón, quien tenía más de 30 años y una destacada trayectoria académica. Esto sugiere que su designación no se debió a un simple deseo de evangelizar, sino que cumplió funciones político-militares en representación del gobierno independentista. En 1813, Lobatón ya ostentaba el grado de comandante del distrito de Tame, con el rango de teniente coronel. Su caso es uno de los primeros ejemplos de clérigos militares en la Nueva Granada, tanto del clero regular como del secular, mostrando la diversificación de los roles asumidos por el clero en el conflicto.

3. Fray Ignacio Mariño Misionero Guerrero

Fray Ignacio Mariño ejemplifica el perfil de misionero-guerrero. Desde su incorporación al bando patriota, su compromiso fue inquebrantable. Su rápida adhesión a la causa patriota, su firma del Acta de Independencia de Tunja en 1813 y su ascenso a coronel en 1814, junto a su participación en la toma de Santafé con Simón Bolívar en 1814, marcan su decisiva participación en el ejército independentista. Su participación en la imposición del sistema federal y la manera en que jamás abandonó las armas ni su hábito dominicano, reflejan un fuerte compromiso con el movimiento independentista, lo cual contrasta con la cautela y el 'acomodamiento' de otros frailes. La información sobre su trayectoria está consignada en Mesanza, Apuntes 126, y Tisnés, Fray Ignacio 11, lo que destaca la importancia de las fuentes para comprender las acciones individuales de los religiosos en la configuración de la Independencia.

V.Conclusión Un Doble Sentimiento

Las Reformas Borbónicas generaron un doble sentimiento en los frailes dominicos criollos: por un lado, la percepción de opresión de la monarquía absolutista; por otro, el sentimiento de que España actuaba de forma despótica con América. Esto, junto a las condiciones económicas y el contexto político, influyó en su diversa participación en la lucha por la independencia de la Nueva Granada. La investigación destaca la necesidad de profundizar en los vínculos familiares y regionales que influyeron en las decisiones individuales de los frailes.

1. El Doble Sentimiento Conflicto entre Lealtad y Nacionalismo

La conclusión del artículo resalta la existencia de un 'doble sentimiento' entre los frailes dominicos, especialmente aquellos de origen criollo. Este sentimiento se originó a partir de las Reformas Borbónicas, que minaron la confianza en la monarquía y la estrecha relación entre la Iglesia y el Estado. Por un lado, algunos frailes percibieron al absolutismo monárquico como opresor de la Iglesia y sus corporaciones. Por otro lado, surgió la idea de que España y su gobierno se comportaban como entidades extranjeras y despóticas en sus relaciones con los americanos. Este conflicto entre la lealtad a la Corona, tradicionalmente reforzada por la teología escolástica y la sensibilidad barroca (ambas atacadas por las reformas), y el emergente nacionalismo criollo, explica las diversas formas de participación de los frailes dominicos en el movimiento independentista. El estudio sugiere que comprender este doble sentimiento es clave para entender las variadas respuestas individuales y colectivas frente al proceso de independencia.

2. La Cautela en Santafé de Bogotá y el Compromiso Regional

La escasa participación activa de los frailes del Convento del Rosario de Santafé de Bogotá, en contraste con la mayor implicación de religiosos en otras regiones como Boyacá, se explica por la particular situación de Santafé. La ciudad era el centro de un proyecto de gobierno republicano centralista, pero también albergaba fuertes círculos realistas. Muchos religiosos en Santafé creían que la independencia, particularmente bajo un modelo federalista, perjudicaría a la ciudad, restándole su privilegiada posición cultural y política. Esta incertidumbre y el riesgo de represalias llevaron a la mayoría de los religiosos a mantener una postura cautelosa, evitando manifestarse públicamente para no ser sospechosos ante realistas ni patriotas. La ubicación estratégica del Convento del Rosario, cerca de la sede de los poderes civiles y eclesiásticos, lo hacía aún más vulnerable a la vigilancia. Esta actitud diplomática como corporación contrastaba con las acciones individuales de compromiso, ya sea parcial o radical, de algunos frailes. Tras la victoria patriota, los dominicos demostraron una rápida adaptación al nuevo régimen, ofreciendo sus servicios.

3. Aspectos a Profundizar Familias y Regiones

Para una mejor comprensión de la participación del clero en el movimiento independentista, el artículo señala la necesidad de investigar a fondo los vínculos familiares y regionales entre los líderes laicos, clérigos y religiosos. La conclusión sugiere que es fundamental explorar la influencia de los lazos personales y de sangre en las decisiones de los individuos para involucrarse en el movimiento. Esto implica analizar cómo las redes familiares y regionales influyeron en las posturas y acciones de los religiosos, especialmente en un contexto de profundos cambios políticos y sociales. El estudio no profundiza en este aspecto, pero lo identifica como una veta importante de futuras investigaciones para enriquecer la comprensión de este periodo de la historia colombiana.