Análisis legislativo del paradigma de la economía circular

El artículo inicia señalando el modelo económico predominante, basado en el crecimiento a través del uso de insumos y factores de producción, la utilización de energías fósiles y la extracción acelerada de recursos naturales. Este modelo, denominado "take-make-waste" ("extraer-fabricar-consumir-eliminar"), tiene consecuencias negativas como el agotamiento de los recursos naturales y la degradación de los ecosistemas. Este contexto de crisis ambiental ha generado la búsqueda de alternativas, dando lugar a la economía verde y, dentro de ella, la economía circular.

El artículo explora la economía circular como una alternativa plausible para mitigar los efectos del modelo económico en crisis. Se describe como un modelo que se basa en la reutilización de recursos imitando los ciclos de la naturaleza, minimizando los desechos. La economía circular no se limita al reciclaje, sino que abarca desde el diseño de productos, buscando componentes desmontables y reutilizables, hasta la generación de energía de fuentes renovables.

El artículo profundiza en los principios de la economía circular, destacando tres pilares clave: preservar y mejorar el capital natural, optimizar los rendimientos de los recursos y mantener los productos, componentes y materiales en su máximo valor y utilidad. La economía circular se define por características como la eliminación de residuos en el diseño, la generación de energía renovable, la importancia de pensar en sistemas y la colaboración entre actores. Se menciona el rol crucial de la tecnología, especialmente la Internet de las Cosas (IoT), para el seguimiento de los bienes y el cálculo del valor de las materias primas.

El artículo analiza la recepción de los principios de la economía circular en las legislaciones de diferentes regiones del mundo, centrándose principalmente en la Unión Europea y China. Se describe la ambiciosa estrategia de la Unión Europea para la transición a una economía circular, con un paquete de medidas que incluye la reducción del desperdicio de alimentos, la promoción del ecodiseño y la revisión de la normativa de residuos. También se menciona la Ley de Economía Circular de China, que busca implementar este modelo para el crecimiento sostenible, con énfasis en la reducción, reutilización y reciclaje. El artículo destaca que Argentina también está impulsando iniciativas hacia la circularidad, con la creación de un marco legal para la gestión de residuos, la promoción de la responsabilidad extendida del productor y la búsqueda de soluciones circulares en el ámbito local.