Actitud Lectora: Padres de Primaria

El marco teórico inicia definiendo la lectura, citando a Camargo (1994), quien la describe como un proceso complejo y multifacético, con un rico simbolismo que trasciende la decodificación textual. Camargo enfatiza su papel fundamental en la conducta humana, desde el pensamiento y el razonamiento hasta el desarrollo de las relaciones interpersonales. Se destaca la preocupación docente por el dominio de las habilidades lectoras para un desenvolvimiento autónomo y eficiente del estudiante. La perspectiva se amplía al considerar la lectura como una actividad inherentemente enriquecedora, que permite el disfrute, el aprendizaje y la exploración de otros mundos, potenciando la imaginación y la creatividad (Cornejo, 2009). Camargo (1994) además resalta el valor de la lectura en la educación y la sociedad; facilita el conocimiento del mundo, la maduración personal, el desarrollo de la imaginación y la creatividad, y proporciona dominio del lenguaje, herramienta crucial para la interacción social y la construcción de comunidades. La experiencia de los adultos confirma este valor, por lo que se enfatiza su rol en inculcar el hábito lector como una herramienta de autoeducación y contribución creativa a la sociedad. Morles (1986) refuerza la necesidad del lenguaje escrito en el mundo moderno, destacando la dependencia del sistema educativo en la calidad y cantidad de textos, contrastando con la idea de una educación basada únicamente en el diálogo.

Se introduce el concepto de actitud, definiéndola como una tendencia a evaluar algo con aceptación o rechazo, expresada a través de respuestas cognitivas, afectivas y conductuales (Eagly y Chakine, citado por Aiken en Cueto, Andrade y León 2003). Se aclara que las actitudes son aprendidas, no innatas, y se adquieren a través de experiencias positivas o negativas, modelos de conducta (compañeros, docentes, padres), o estereotipos difundidos por los medios. Se exploran diferentes modelos teóricos sobre la formación de actitudes. McDavid (1979) postula una relación entre actitud y conducta, considerando que las actitudes, aunque no directamente observables, se pueden inferir de las acciones y están compuestas por emociones, sentimientos y valores. Fishbein y Ajzen (citados por Cubas, 2007) proponen la Teoría de la Acción Razonada y la Teoría de la Conducta Planeada, donde las actitudes se relacionan con creencias, sentimientos y la percepción del control conductual. Se enfatiza que la actitud, aunque influye en la conducta, no siempre se traduce directamente en una acción. Se analiza la influencia del entorno familiar y social en la formación de actitudes hacia la lectura, destacando que una actitud familiar positiva refuerza la actitud y mejora la comprensión lectora del niño, mientras que la falta de interés parental genera desmotivación en el niño, limitando el acceso a materiales de lectura y la participación en tareas escolares relacionadas con la lectura (Cubas, 2007). González (2004) subraya la importancia de la práctica lectora en casa para una transferencia positiva a las actividades escolares.

Se introduce el aprendizaje vicario o social de Albert Bandura como marco teórico cognitivo. Este modelo destaca la capacidad de aprender observando a otros, sin necesidad de experiencia directa, y se diferencia del aprendizaje activo. Se detallan las características del aprendizaje vicario en humanos: el carácter afectivo y recompensante, el control del modelo sobre el observador, la dominancia o estatus social del modelo, la semejanza entre modelo y observador y la sinceridad del modelo. También se describen las características individuales que favorecen la imitación: la juventud, la dominancia, la inseguridad, la baja autoestima y la dependencia. La dificultad de la tarea observada también influye, siendo más atractivas aquellas de dificultad intermedia. En terapia conductual, este aprendizaje se conoce como modelado, considerado una evolución del conductismo al enfatizar el aprendizaje observacional. El texto concluye esta sección señalando que la investigación sobre aprendizaje vicario se ha extendido incluso a animales, particularmente primates, debido a su elevada inteligencia. Se destaca la importancia de la investigación nacional e internacional sobre la comprensión lectora y la influencia del entorno familiar, especialmente de los padres, en la formación de la actitud hacia la lectura.

La investigación parte de la preocupante situación de la comprensión lectora en la educación peruana. Se mencionan los resultados de pruebas internacionales como PISA 2001 y LLECE 1997, que revelan un rendimiento inferior al de otros países latinoamericanos. Se indica que, a pesar de las inversiones en materiales educativos (ej. textos, guías metodológicas, módulos de biblioteca), más del 90% de los estudiantes de segundo y sexto grado de primaria muestran deficiencias en la comprensión lectora, y solo el 1% de los alumnos de sexto grado alcanza el nivel esperado en el manejo de información sobre ciudadanía y democracia (PEN 2021). Este bajo rendimiento, a pesar de los esfuerzos gubernamentales, pone de manifiesto la necesidad de investigar las causas subyacentes a este problema. La investigación se centra en la posibilidad de que la falta de interés en la lectura no se limita a los alumnos, sino que también se extiende a los padres de familia, quienes en muchos casos se limitan a la compra de libros sin involucrarse en la actividad lectora con sus hijos. El Proyecto Educativo Nacional sugiere la necesidad de cambios en la educación actual que involucren a todos los que interactúan con el niño; por tanto, esta investigación busca profundizar en la actitud de los padres de familia hacia la lectura como un factor determinante en el desarrollo de la comprensión lectora.

La investigación se centra en la actitud de los padres de estudiantes de cuarto grado de primaria hacia la lectura, como un factor que puede influir en la comprensión lectora de sus hijos. Se plantea la pregunta de investigación: ¿Cuál es la actitud de los padres de estudiantes de cuarto de primaria, de una Institución Educativa del Callao, hacia la lectura? Se utiliza un diseño de investigación descriptiva simple, que busca recopilar información sobre la situación actual sin manipular variables ni controlar tratamientos. Se selecciona una muestra de 64 padres de familia de la Institución Educativa Parroquial Junior César de los Ríos en el Callao, Perú. Inicialmente se contactaron 83 padres, pero 19 no participaron por diversos motivos, lo que resulta en una muestra final de 64 padres. La elección del diseño descriptivo simple se justifica por la necesidad de obtener información sobre las actitudes de los padres hacia la lectura sin la necesidad de establecer relaciones causales entre variables. El objetivo es comprender la perspectiva de los padres de familia sobre la lectura y cómo esta actitud puede estar relacionada con el desarrollo lector de sus hijos. La investigación se enfoca en el rol de los padres como modelos para sus hijos, considerando la influencia del entorno familiar en la formación de actitudes hacia la lectura.

La metodología empleada se centró en la evaluación de las actitudes de los padres hacia la lectura utilizando la escala de actitudes de Cueto, adaptada y validada para adultos, con un nivel de confiabilidad de 0.909. Esta escala, tipo Likert, mide tres dimensiones de la actitud: cognitiva, afectiva y conductual. Cada dimensión incluyó ítems con sentido positivo y negativo, con cuatro alternativas de respuesta y una puntuación de hasta tres puntos. Para determinar la confiabilidad de la escala se utilizó la correlación ítem-total y el alfa de Cronbach, resultando en una selección final de 30 ítems. La escala fue sometida a una prueba piloto con 20 padres que no formaron parte de la muestra principal, con el objetivo de probar su funcionamiento y obtener información sobre cómo perciben la lectura, su rol como padres y como modelo para sus hijos. La prueba piloto, con 42 ítems inicialmente, permitió asignar puntuaciones favorables o desfavorables a cada respuesta, obteniendo una puntuación total que reflejó la posición del padre frente a la lectura. El proceso de recolección de datos con la muestra principal tomó aproximadamente tres semanas, debido a la dificultad de algunos padres para comprender los ítems de la escala y a la cercanía del fin del año escolar que dificultaba la programación de encuentros.

La recolección de datos se llevó a cabo mediante entrevistas a cada uno de los 64 padres de familia participantes. La escala de actitudes de Cueto, ya descrita, fue el instrumento principal. Esta escala incluía ítems con sentido positivo y negativo, utilizando una escala de Likert de cuatro puntos. En los ítems con sentido positivo, la máxima valoración ('Total acuerdo') tenía un valor numérico de 3 puntos, mientras que en los ítems con sentido negativo, 'Total acuerdo' se asociaba con 0 puntos. Se describe el proceso de la prueba piloto con 20 padres, quienes respondieron a 42 ítems. A cada respuesta se le asignó una puntuación favorable o desfavorable, sumándose para obtener una puntuación total que reflejaba la actitud general. Durante la recolección de datos con la muestra principal se encontraron dificultades, ya que algunos padres demoraron en comprender los ítems, requiriendo mayor tiempo para responder. El proceso de recopilación de información duró aproximadamente tres semanas, debido a las limitaciones de tiempo a finales del año escolar y a las dificultades presentadas por algunos participantes. La información obtenida se resume en tablas que muestran las medias y desviaciones estándar para cada dimensión (cognitiva, afectiva y conductual) de la variable 'actitud hacia la lectura'.

El análisis de los datos se centra en las tres dimensiones de la variable 'actitud hacia la lectura': cognitiva, afectiva y conductual. Se presentan las medias y desviaciones estándar para cada dimensión. La dimensión cognitiva obtuvo una media de 24.14 y una desviación estándar de 3.72. La dimensión afectiva tuvo una media de 30.9 y una desviación estándar de 4.68, presentando mayor dispersión de datos debido al mayor número de ítems. Finalmente, la dimensión conductual mostró una media de 12.11 y una desviación estándar de 2.34, reflejando menor dispersión por el menor número de ítems. Se observa una diferencia en las medias entre las dimensiones, indicando diferentes niveles de actitud en cada una. La información obtenida proporciona una descripción detallada de las actitudes de los padres hacia la lectura, en base a sus respuestas a la escala aplicada. El análisis de la información obtenida permitiría luego determinar el grado de influencia de las actitudes de los padres en la comprensión lectora de sus hijos, considerando que esta investigación se centra en la relación entre la actitud de los padres y la comprensión lectora de sus hijos en cuarto grado de primaria.

Los resultados del estudio muestran que las actitudes de los padres hacia la lectura se ubican mayoritariamente en un nivel medianamente favorable. El análisis de las tres dimensiones de la actitud revela que la dimensión cognitiva presenta un nivel favorable (42.19%), indicando que los padres poseen una comprensión clara de la importancia de la lectura. Sin embargo, las dimensiones afectiva (51.56%) y conductual (62.50%) se sitúan en el nivel medianamente favorable. Esto sugiere que, si bien los padres reconocen el valor de la lectura, su involucración emocional y sus acciones concretas para fomentarla en sus hijos son limitadas. La prevalencia del nivel medianamente favorable en dos de las tres dimensiones de la actitud indica una actitud general hacia la lectura que, si bien no es negativa, tampoco refleja un alto grado de entusiasmo o compromiso. Esta información es clave para comprender las posibles razones detrás de las deficiencias en la comprensión lectora observadas en los estudiantes.

La discusión de los resultados se centra en la comparación con investigaciones previas sobre las actitudes hacia la lectura y su relación con la comprensión lectora. Se cita a Yanac (2000), quien encontró una correlación positiva entre la participación activa de los padres en actividades educativas relacionadas con la lectura y el rendimiento lector en niños. En contraste con esto, la investigación actual muestra una prevalencia de actitudes medianamente favorables. La investigación de Alpuche de Dios (2005) destaca el interés de los padres en conocer los temas de interés lector de sus hijos, resaltando la conciencia de la importancia de la lectura en la formación integral; en este caso, la colaboración de los padres fue activa, reflejando una actitud favorable a la lectura. La diferencia entre estos estudios destaca la complejidad de la actitud hacia la lectura, que puede variar según el contexto social y cultural. Se menciona también la investigación de Gibson y Ríos (2005) sobre las actitudes hacia la violencia familiar y la autoestima en mujeres, resaltando que las actitudes no siempre se expresan de manera congruente con lo que se esperaría según los valores culturales. Se considera la investigación de Lewis (1980), que encontró una correlación baja entre actitudes autorreportadas y rendimiento lector, lo que refuerza la idea de que las actitudes, especialmente las medidas a través de autorreportes, no siempre son predictores confiables del desempeño lector. Finalmente, se resalta la importancia de considerar los resultados del estudio a la luz de la influencia del aprendizaje vicario propuesto por Bandura, donde la actitud de los padres como modelo a seguir es fundamental para el desarrollo de la actitud lectora en los niños.

Respecto a la primera hipótesis específica, se concluye que la dimensión cognitiva de la actitud de los padres hacia la lectura resultó favorable. Esto indica que los padres tienen una comprensión sólida de la importancia de la lectura, fruto de su propia experiencia. Esta conciencia les permite orientar a sus hijos en el aprendizaje y en la construcción de un futuro mejor. Se destaca la capacidad de los padres para transmitir esta comprensión a sus hijos, favoreciendo su desarrollo lector. La conclusión se basa en el análisis de la dimensión cognitiva, que obtuvo resultados positivos, revelando una sólida base de conocimiento sobre la importancia de la lectura para el desarrollo del niño. Esta conclusión resalta el valor de la comprensión cognitiva de los padres sobre la lectura como un elemento fundamental para su influencia positiva en los hijos.

En relación a la tercera hipótesis específica (dimensión conductual), los resultados muestran un nivel de actitud medianamente favorable. Esto indica que los padres no muestran una confianza suficiente para manifestar abiertamente su interés por la lectura, lo que sugiere una posible falta de seguridad en su rol de modelos lectores para sus hijos. Se analiza un ítem específico ('Siempre que salgo a pasear llevo un libro conmigo') que obtuvo la puntuación más baja, lo que indica que la conducta lectora de los padres se realiza de manera discreta o poco visible. La conclusión también considera los resultados de la dimensión afectiva, que igualmente se ubicó en el nivel medianamente favorable, lo que sugiere que los padres no experimentan un profundo disfrute o conexión emocional con la lectura. Se infiere que esta actitud menos favorable en las dimensiones afectiva y conductual limita la capacidad de los padres para transmitir una experiencia completa y positiva de la lectura a sus hijos, quienes pueden percibirla solo como una actividad de tipo cognitivo y no recreativa o enriquecedora.

La conclusión general del estudio señala que, aunque la dimensión cognitiva de la actitud de los padres hacia la lectura es favorable, reflejando un conocimiento claro de su importancia, esta dimensión no es mayoritaria. La preponderancia de las dimensiones afectiva y conductual en el nivel medianamente favorable determina que la actitud general de los padres sea medianamente favorable. Esta conclusión integra los resultados de las tres dimensiones de la actitud para generar una visión global de la actitud parental hacia la lectura. Se evidencia una brecha entre el conocimiento de la importancia de la lectura (dimensión cognitiva) y la práctica efectiva y el disfrute personal de la misma (dimensiones afectiva y conductual). El hecho de que la actitud general sea medianamente favorable y no altamente favorable plantea la necesidad de intervenciones que promuevan un mayor compromiso de los padres con la lectura, no sólo desde el punto de vista cognitivo, sino también afectivo y conductual, para influir positivamente en sus hijos.