Agroparque Logístico Andahuaylas

El diagnóstico de la región Apurímac revela una preocupante situación en su sector agrícola. Se destaca que un 51.2% de la superficie agrícola carecía de riego en 2012, cifra que aumenta al 90.50% si se considera la falta de riego tecnificado en 2018. La falta de asistencia técnica es otro obstáculo significativo, afectando al 87.06% de los productores en 2016. Además, la infraestructura existente presenta deficiencias; el 56.90% de los sistemas de riego se encuentran en mal estado, y existe una alta vulnerabilidad ante eventos naturales, con un 99% de puntos críticos en riberas de ríos y un 95% en quebradas sin protección en 2018. A esto se suma el 40% de la superficie agrícola que sufre pérdidas por plagas, y la no conformidad del 100% de los alimentos agropecuarios de producción y procesamiento primario, según datos de 2018. Estas deficiencias, junto a la falta de zonificación forestal (100% del territorio sin zonificación en 2017) y la carencia de títulos de propiedad registrados en el 48.87% de predios rurales, impactan negativamente en el desarrollo del sector agropecuario de la región, indicando una necesidad urgente de modernización e inversión.

Andahuaylas, la provincia más poblada de Apurímac con 170,925 habitantes en 2017 (INEI), presenta un panorama complejo. Si bien es un centro de intercambio comercial estratégico en el sur del Perú, formando parte del corredor económico Ayacucho-Chincheros-Andahuaylas-Abancay-Cusco, y domina la producción regional de papa (81.8% en 2018, según el Plan Estratégico de Competitividad de Apurímac), su desarrollo económico se ve limitado. El 55.8% de su población (41,295 personas en 2007, INEI) se dedica a la agricultura de secano, un sector que, a pesar de la importante producción de papa, quinua (2.5% a nivel nacional en 2016, Mincetur) y maíz (12.4% a nivel nacional en 2015, BCRP), carece de acceso a proyectos de inversión que agreguen valor a sus productos. La mayoría de las familias comercializan sus productos directamente en el lugar de producción o en la feria local, sin una visión de negocio y sin estrategias para mejorar su rentabilidad. La falta de una zonificación estratégica del suelo urbano, la ausencia de un Plan de Desarrollo Urbano y Económico, y un limitado desarrollo de mercados que refuercen las iniciativas del Ministerio de Agricultura, dificultan la mejora de la competitividad regional y nacional de la provincia.

El diagnóstico socioeconómico de Andahuaylas es desfavorable. El 60% de la población regional es rural (CPI, 2017), y el 76.1% se encuentra en situación de pobreza extrema (categoría E, APEIM, 2018). El nivel educativo de la población es bajo, con una alta proporción de personas sin educación formal o con primaria incompleta (14.5% en 2012). Esta situación socioeconómica precaria, combinada con la falta de acceso a servicios y tecnologías modernas, crea una barrera para la competitividad del sector agrícola y dificulta la adopción de prácticas innovadoras. El bajo nivel de instrucción limita la capacidad de los agricultores para implementar estrategias de negocio eficientes y aprovechar las oportunidades de mercado. La concentración de la pobreza en las zonas rurales acentúa la necesidad de intervenciones que mejoren la calidad de vida y generen oportunidades económicas sostenibles para esta población, principalmente enfocadas en el desarrollo del sector agrícola.

El objetivo principal del proyecto es la creación de un Agroparque Logístico Financiero en Andahuaylas, Apurímac. Este agroparque busca concertar los sectores agrario, turístico, logístico aéreo y urbano, dinamizando la economía local. Se pretende potenciar las principales cadenas agroproductivas de la región, promoviendo la rentabilidad de las inversiones agrarias e incentivando la formación de agroempresarios rurales. El proyecto busca articular estos sectores para lograr una sinergia que impulse el crecimiento económico de la zona, aprovechando la ubicación estratégica de Andahuaylas en el corredor económico Ayacucho-Chincheros-Andahuaylas-Abancay-Cusco. La iniciativa se basa en un análisis de las necesidades del sector agrícola, buscando soluciones integrales que mejoren la productividad, la comercialización y la rentabilidad de los agricultores.

La ubicación del Agroparque Logístico Financiero ha sido cuidadosamente seleccionada considerando aspectos estratégicos de conectividad. Se encuentra a aproximadamente 7 km de Andahuaylas, colindante al aeropuerto regional de Apurímac, lo que facilita el acceso a las vías de transporte aéreo. Además, cuenta con acceso inmediato a dos importantes carreteras nacionales: la PE-30B (Lima-Ica-Nazca-Puquio-Andahuaylas) y la PE-3S (Ayacucho-Chincheros-Andahuaylas-Abancay-Cusco), formando parte del corredor económico más importante de la región. Esta ubicación estratégica proporciona una conectividad crucial con mercados nacionales e internacionales, incluyendo una conexión a 260 km del puerto de San Juan de Marcona (Ica) y a 100 km del Tramo 1 del Corredor Vial Interoceánico Sur (IIRSA Sur). La accesibilidad a estas rutas facilita el transporte de productos agrícolas y la llegada de insumos necesarios para el desarrollo del agroparque, convirtiéndose en un factor clave para su éxito. Las coordenadas UTM del terreno son: A-(676978 E, 8481711N), B-(678008E, 8483294N), C-(678369E, 8483116N), D-(678376E, 8482701N), E-(677973E, 8482132N), F-(677873E, 8481643N), G-(677481, 8481295N) (Sigrid Cenepred, 2018).

El análisis de la infraestructura destaca la estratégica ubicación del proyecto, a 7 km de Andahuaylas y a 1 km del aeropuerto provincial. El terreno cuenta con acceso directo a la carretera nacional PE-30B (Lima-Ica-Nazca-Puquio-Andahuaylas) y la PE-3S (Ayacucho-Chincheros-Andahuaylas-Abancay-Cusco), este último considerado el corredor económico más importante de la región. Además, se encuentra a 260 km del puerto de San Juan de Marcona (Ica) y a 100 km del Tramo 1 de la IIRSA Sur. Esta conectividad multimodal (aérea, terrestre y potencialmente ferroviaria, según planes del MTC para el 2018) ofrece una significativa ventaja competitiva al proyecto. Las vías se encuentran en buen estado de conservación (asfaltadas, excepto la conexión al tramo 1 de IIRSA Sur, donde hay planes de mejora vial). Esta excelente accesibilidad facilita el flujo de mercancías y personas, fundamental para el éxito del proyecto, maximizando su alcance regional y nacional.

El estudio revela la ausencia de un plan de zonificación que defina los usos del suelo en las cercanías del terreno. Esta carencia representa una oportunidad para implementar un planeamiento estratégico integral para el diseño del entorno inmediato del proyecto y asegurar su viabilidad. En el área próxima, se observa equipamiento principalmente educativo y de salud (guarderías, colegios, puestos médicos), pero Andahuaylas carece de equipamientos e infraestructuras para proyectos industriales, logísticos, comerciales, financieros o centros de investigación agraria. La falta de zonificación industrial específica en Andahuaylas, según declaraciones del responsable de la gerencia de desarrollo urbano de la municipalidad, se debe a la inexistencia de un Plan de Desarrollo Urbano y Económico (PDU), reflejando un déficit en la planificación del ordenamiento territorial a nivel provincial. El proyecto propone solucionar esta problemática al definir la zonificación necesaria para el agroparque y su entorno, generando un desarrollo urbano planificado.

El documento utiliza como referencia ocho proyectos arquitectónicos (cuatro nacionales y cuatro internacionales) relacionados con el diseño de agroparques industriales, logísticos y comerciales. Los proyectos nacionales mencionados incluyen Macropolis (Lurín, Lima) y BSF Almacenes del Perú (Lurín, Lima), destacando su enfoque en la sostenibilidad, la eficiencia energética y el uso de tecnologías modernas. Entre los ejemplos internacionales se menciona el Centro Logístico Dos Caminos en Panamá y AGROSFERA, que sirven de inspiración para la concepción del proyecto en Andahuaylas. Estos ejemplos ilustran los estándares de diseño, funcionalidad y sostenibilidad que se buscan replicar o superar en el agroparque de Andahuaylas. La comparación con proyectos exitosos en diferentes contextos proporciona una base sólida para la planificación y ejecución del proyecto.

La visión proyectual del Agroparque Logístico Financiero en Andahuaylas se centra en tres enfoques principales: impacto positivo, función industrial y responsabilidad agraria. El enfoque de impacto positivo se refiere a la influencia transformadora del agroparque en los aspectos sociales, económicos, ambientales y territoriales, impulsando el desarrollo competitivo de la ciudad. El enfoque funcional industrial busca crear una ‘ciudad industrial’ integrada con la agricultura, combinando conceptos de arquitectura industrial y popular para generar espacios auténticos, armónicos y sostenibles. Se busca la implementación de energías limpias, materiales ecológicos, y un diseño bioclimático que minimice el impacto ambiental. Finalmente, el enfoque de responsabilidad agraria se centra en mejorar la calidad productiva de los agricultores, fortaleciendo las cadenas agroproductivas a través de mercados estratégicos y servicios logísticos, fomentando la colaboración entre el gobierno, inversores privados e instituciones educativas para lograr rentabilidad agraria y el desarrollo de microempresarios rurales.

Las conclusiones del estudio resaltan la importancia estratégica de la ubicación del proyecto para lograr una cobertura regional, potencializando el sur del Perú y dinamizando su economía. Apurímac cuenta con una infraestructura de transporte logístico que facilita la implementación de agroparques, revalorizando sus corredores económicos y permitiendo la licitación de futuros proyectos. El éxito de este tipo de proyectos depende de una planificación estratégica que involucre a diversos actores, desde la capacidad productiva del agricultor hasta estudios de mercado, modelos de inversión agrofinanciera, y la promoción de la innovación agraria. El agroparque propone espacios productivos inclusivos, orientados al sector agrologístico, agrofinanciero, agrocomercial, agroindustrial, agroturismo y la innovación agraria, buscando fomentar la economía circular y la rentabilidad agraria. El diseño arquitectónico prioriza la identidad local, utilizando materiales tradicionales como adobe, piedra y madera, adaptándose al clima de la zona para brindar soluciones eficientes y sostenibles. Se pretende minimizar el impacto ambiental mediante la reutilización de residuos, el uso de energías renovables y la implementación de medidas para evitar la contaminación atmosférica.