Innovación Agrícola Sostenible en Carchi

La provincia de Carchi, ubicada en el Valle Interandino del norte del Ecuador, se caracteriza por sus suelos volcánicos, originalmente de alta productividad. Sin embargo, su desarrollo socioeconómico se ha basado en la explotación intensa y no sostenible de este recurso. El sector agropecuario ha experimentado transformaciones significativas desde la primera mitad del siglo XX, impulsadas por el crecimiento demográfico, reformas agrarias (1965 y 1973), y el desarrollo económico. Estos cambios han resultado en una expansión continua de la superficie agropecuaria, con alteraciones en los patrones de producción cada tres o cuatro décadas. Recientemente, se ha impulsado la agroindustrialización en Carchi, pero la degradación de suelos y recursos hídricos amenaza la sostenibilidad del desarrollo. La UPEC, la primera universidad de la provincia, trabaja para impulsar la sostenibilidad a través de recursos humanos y tecnologías. El documento se enfoca en las causas de la situación y propone estrategias para una agricultura más sostenible, menos dependiente de agroquímicos, usando agroforestería, biotecnología, y microbiología como herramientas clave. Se propone un sistema de pequeños reservorios de agua (entre 2.800 y 3.200 m de altitud) para mejorar el manejo del agua y enfrentar el calentamiento global.

Los suelos productivos de Carchi son de origen volcánico, derivados de tefras de al menos 15 volcanes activos en los últimos 5.000 años. En zonas más secas, las cenizas volcánicas han formado la cangahua, un suelo duro y estéril según la terminología quechua. Estudios (Quantin 1996, Franco y Peñafiel 2015) detallan las características de la cangahua, que incluye capas endurecidas por precipitación de óxidos de silicio o hierro, con alto contenido de carbonatos y bases (pH alcalino), y bajo contenido de materia orgánica. La factibilidad del uso productivo de estos suelos depende de la textura y el grosor de la capa superior. Texturas medias a finas requieren un manejo adecuado, mientras que las texturas gruesas son susceptibles a la erosión. En el cantón Huaca, se identifican suelos Melanudands, Hapludands y Haplustolls en zonas agrícolas intensivas, mientras que los Udivitrands se ubican en zonas más altas. La cangahua abarca 240.000 ha en el norte de Ecuador, con 80.000 ha fuertemente erosionadas, lo que dificulta la agricultura convencional. Se implementan iniciativas para mejorar estos suelos, incluyendo sistemas de riego.

El desarrollo agropecuario de Carchi se divide en tres etapas: 1940-1980 (expansión en tierras vírgenes, cultivos de papa, trigo y cebada, con baja utilización de agroquímicos); 1980-2000 (transición a mayor uso pecuario, intensificación con tecnologías modernas y aumento de la degradación de suelos); y 2000-presente (retroceso en el cultivo de papa, crecimiento de la ganadería lechera, desarrollo de nuevos cultivos comerciales como quinua y aguacate, y nuevas industrias). El informe IRNE (1979) ya advertía la sobreutilización de la tierra en el Callejón Interandino en 1974. López (2004) documenta la expansión agrícola en el páramo El Ángel, con un incremento del 12% entre 1965 y 1993 y un aumento del límite altitudinal. La producción de papa en Carchi se redujo significativamente entre 2005 y 2012, mientras la producción lechera aumentó modestamente. Estos cambios están relacionados con las fluctuaciones de precios en el mercado de la papa, el estímulo a la producción de leche, y la creciente degradación de suelos. La erosión acelerada por el uso de maquinaria en pendientes pronunciadas y el monocultivo de papa son factores relevantes.

La sostenibilidad del desarrollo agropecuario en Carchi está amenazada por la combinación de factores naturales y culturales. El relieve montañoso y escarpado propicia la erosión laminar y los movimientos en masa. El predominio del monocultivo (papa y pastos para ganado lechero), el uso de maquinaria pesada, los agroquímicos, y el sobrepastoreo afectan progresivamente la calidad del suelo. En suelos con alto contenido de arcilla (>25%), se observan movimientos en masa debido a la acumulación de agua. La preparación de la tierra con tractores en pendientes superiores al 30% contribuye a la degradación. En zonas semiáridas del Valle del Chota, el riego es esencial, y la deforestación ha promovido una intensa erosión. Se necesitan sistemas agroproductivos adaptados a las condiciones edafoclimáticas, incluyendo alternativas como la agricultura orgánica. La problemática no es exclusiva de Carchi, y la FAO ha alertado sobre la precariedad de las prácticas agropecuarias en América Latina y la necesidad urgente de prácticas más sostenibles.

El sector agropecuario en la provincia de Carchi, Ecuador, es de vital importancia socioeconómica. Representa el 10% del PIB de la provincia y genera empleo para hasta el 60% de la población económicamente activa en las áreas rurales. Este sector es la base para la agroindustrialización, un objetivo clave del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial impulsado por el Estado en Carchi (MINPRO 2012, Unión Europea et al 2012). Además, contribuye a la generación de divisas a través de la exportación de productos tradicionales (banano, café, cacao) y nuevos rubros (quinua, aguacate, mango, espárragos, naranjilla, flores). La agroindustrialización busca transformar la economía productiva de la región, aprovechando la riqueza agrícola y la potencialidad de productos como el aguacate y la quinua, pero requiere de un enfoque sostenible para perdurar en el tiempo. El análisis del impacto del sector agrícola requiere considerar su importancia en la generación de empleo y el aporte al PIB, así como su rol en la economía provincial y nacional, y su capacidad para impulsar la agroindustrialización.

La historia de la agricultura en Carchi muestra una evolución en tres etapas: De 1940 a 1980, se dio una expansión en tierras vírgenes con la deforestación de valles y vertientes. Se cultivaba principalmente papa, trigo y cebada, con un uso mínimo de agroquímicos y baja incidencia de la ganadería. Entre 1980 y 2000, hubo una transición hacia un mayor uso pecuario y una mayor intensidad en el uso de tecnologías modernas, incluyendo agroquímicos y maquinaria. Esta etapa se caracterizó por un incremento en los procesos de degradación física y química de suelos y aguas. Finalmente, desde el año 2000 hasta la actualidad, se observa un retroceso en el cultivo de papa, una consolidación y un modesto crecimiento de la ganadería lechera, a pesar de las mejoras en la infraestructura (tanques de enfriamiento) y la introducción de nuevos pastos y un mayor uso de agroquímicos. Se desarrollaron nuevos cultivos a escala comercial, como la quinua, el aguacate, y las rosas bajo invernadero, junto con las industrias de aceite de aguacate y harina de quinua. Este cambio histórico subraya la necesidad de analizar la influencia de las prácticas agrícolas en diferentes períodos, la transición de sistemas de producción, y la adaptación a las nuevas demandas del mercado.

La producción de papa en Carchi ha experimentado una reducción significativa, pasando de casi 139.000 toneladas métricas en 2005 a solo 80.000 en 2012, a diferencia de otras provincias como Chimborazo y Cotopaxi. Simultáneamente, la producción de leche aumentó de 301.000 a 408.000 litros entre 2005 y 2012. Esta disminución en la superficie de cultivo de papa (de 8.183 ha a 4.459 ha) se relaciona con la conversión de tierras a pastizales. Factores como la incertidumbre en los precios de la papa, los estímulos estatales a la producción lechera, los costos de producción, y los riesgos derivados de la degradación de suelos parecen influir en estos cambios. Se sugiere que mejoras en la gestión reproductiva, nutricional, y sanitaria de los rebaños podrían incrementar significativamente la eficiencia productiva en la ganadería lechera. El análisis de estos datos permite comprender las complejas interacciones entre la producción agrícola, la ganadería, el mercado, y los factores ambientales en Carchi.

Para asegurar un desarrollo agropecuario sostenible en Carchi, el documento propone una inversión en la innovación de los sistemas agroproductivos. Se busca una agricultura menos dependiente de agroquímicos y menos degradante de los suelos. Se destacan la agroforestería, la biotecnología, y la microbiología como herramientas clave para la investigación y el desarrollo. Es fundamental la fusión de disciplinas de las ciencias sociales y las ciencias naturales para la formación de recursos humanos especializados en el desarrollo andino. Se enfatiza la necesidad de detener la degradación ambiental para mantener el crecimiento económico y el bienestar social. La propuesta incluye la creación de una red de pequeños reservorios de agua por encima de la cota de contaminación (entre 2.800 y 3.200 m de altitud), complementada con sistemas de riego eficientes y una infraestructura adecuada para el tratamiento de aguas servidas. Estas medidas buscan enfrentar los retos del desarrollo humano y del calentamiento global en la región altoandina de Carchi en las próximas décadas.

El documento explora el uso de tecnologías y prácticas agrícolas modernas para mejorar la sostenibilidad. Se mencionan la agricultura de precisión y las técnicas de mínima labranza para reducir costos y el impacto ambiental. Los sistemas de riego modernos, con automatización y dosificación precisa del agua (microaspersión, goteo, nebulización), son cruciales para optimizar el uso de agua. El avance en las herramientas de teledetección (imágenes satelitarias, rayos láser, drones) facilita el monitoreo y la gestión de grandes extensiones. Se rescata el valor del conocimiento del clima, los suelos, los cultivos tradicionales, y la biodiversidad local. La sistematización de este conocimiento en sistemas de clasificación interpretativa permite implementar políticas de ordenamiento territorial y transformación de los sistemas de producción. Se promueven prácticas ancestrales como cultivos en andenes, cultivos combinados y en rotación, cultivos de sombra, abonos verdes, y sistemas agroforestales, combinándolos con técnicas modernas para un mayor impacto. La agricultura orgánica se presenta como una alternativa con alto potencial.

La implementación de estas estrategias para un desarrollo agropecuario sostenible requiere de la colaboración y cooperación entre diferentes actores. Se destaca la necesidad de una eficiente aplicación de los avances tecnológicos, mediante la organización, la creación de equipos multidisciplinarios, y la generación de sinergias. Se enfatiza el rol fundamental de la inteligencia colectiva y la necesidad de superar las barreras de entendimiento entre instituciones y personas. La experiencia en Carchi muestra que los cambios exitosos han sido impulsados por estímulos económicos (construcción de vías, introducción de razas bovinas, nuevos cultivos con mercados garantizados) y una visión compartida de instituciones y personas. Se menciona la importancia del rol del Estado, la industria privada, las instituciones científicas (como la UPEC), y las comunidades locales en la formulación y ejecución de proyectos conjuntos para lograr los objetivos de desarrollo sostenible. Se sugiere buscar financiamiento internacional a través de organismos como la FAO para apoyar estas iniciativas. La gestión eficiente de los recursos y la colaboración interinstitucional son claves para avanzar hacia la sostenibilidad en el sector.

La Universidad Politécnica Estatal del Carchi (UPEC) juega un rol crucial en el desarrollo de una agricultura sostenible en la región. Como la primera institución universitaria de Carchi, la UPEC contribuye con recursos humanos y tecnologías para impulsar la sostenibilidad del desarrollo social y económico. Su investigación se centra en comprender la situación actual del sector agrícola, incluyendo las causas de la degradación de suelos, para luego proponer e implementar estrategias innovadoras. La UPEC cuenta con dos fincas experimentales: la Finca San Francisco (45 hectáreas) en el cantón Huaca y la Finca Alonso Tadeo (32 hectáreas) en La Concepción, cantón Mira. Estas fincas sirven como espacios de experimentación y desarrollo para la agricultura sostenible y la agroforestería, y se utilizan para realizar estudios de suelos y vegetación. La investigación en la UPEC se complementa con estudios realizados en colaboración con productores de la Parroquia El Carmelo (Tulcán) y Tufiño, utilizando metodologías estandarizadas (Manual para la Descripción de Perfiles de Suelos - FAO, 2009; Soil Taxonomy, 2010). Los resultados de estos estudios se difunden a través de publicaciones especializadas. La UPEC es, por lo tanto, fundamental para generar conocimiento científico aplicado a la realidad del campo en Carchi.

Para avanzar en la investigación y el desarrollo de una agricultura sostenible, el documento resalta la necesidad de contar con la infraestructura y los recursos adecuados. Se requiere la disponibilidad de laboratorios especializados en fitopatología y biotecnología, para estudiar microorganismos patógenos y beneficiosos, y para la mejora del germoplasma. También se necesitan laboratorios de química y física de suelos para diagnosticar las condiciones de los suelos y las aguas. Un Sistema de Información Geográfica (SIG) es esencial para la elaboración de mapas detallados de los suelos, la planificación del uso de la tierra, la gestión de la producción, y el control de la degradación. Este SIG debe ser capaz de procesar imágenes satelitales e imágenes locales obtenidas con drones (Elika, 2015). La investigación realizada por la UPEC y otros institutos requiere de políticas de estímulo económico por parte del Estado y las empresas para impulsar la adopción de los resultados. Esta colaboración es clave para financiar proyectos y para la implementación efectiva de prácticas sostenibles, como se evidencia en el financiamiento de sistemas de enfriamiento de leche en zonas rurales. La creación de esta infraestructura y la coordinación de la investigación son esenciales para el progreso en la agricultura sostenible en Carchi.

El éxito de la investigación y la aplicación de nuevas tecnologías para la agricultura sostenible en Carchi depende de una efectiva vinculación entre la UPEC, otras instituciones de investigación (como el INIAP), los gobiernos locales y regionales, y los productores organizados. El documento enfatiza la importancia de la sinergia entre los sectores científicos, el Estado, y el sector privado, señalando que esta colaboración ha sido clave para el desarrollo en otras regiones. Se propone la ejecución de programas regionales de biodigestores y compostaje a nivel de fincas lecheras, un ejemplo concreto de colaboración interinstitucional que beneficia tanto la calidad ambiental como la promoción de la producción orgánica. La experiencia de países como Colombia, Venezuela y Costa Rica en la cooperación entre la industria privada (lácteos), los productores, y el Estado, demuestra la posibilidad de lograr avances significativos en corto tiempo. La UPEC, como institución líder en Carchi, debe establecer los mecanismos necesarios para fomentar esta cooperación interinstitucional y buscar el acceso a fondos de la comunidad internacional para financiar proyectos de desarrollo sostenible alineados con los objetivos mundiales.