Estacas: Propagación de Frutales

El estaquillado se define como una técnica de propagación vegetativa que permite obtener nuevas plantas a partir de una porción de material vegetal, llamada estaca. Esta estaca puede ser un brote, un ramo, una rama, una raíz o incluso una hoja, aunque en fruticultura se denomina usualmente 'estaquilla'. El proceso se basa en la formación de raíces adventicias en la estaca, permitiendo el desarrollo de una planta independiente. Una característica fundamental del estaquillado es su capacidad para mantener las características genéticas de la planta madre, resultando en plantas hijas genéticamente idénticas. Además, se destaca su sencillez, bajo coste relativo y la pequeña cantidad de espacio requerido, convirtiéndolo en un método eficiente para la propagación de frutales.

La clasificación del estaquillado se puede realizar según diferentes criterios. En función de la procedencia del material vegetal, se distinguen estaquillas de brotes, ramos y ramas. Considerando el momento de la realización, existe el estaquillado de verano, que aprovecha las condiciones climáticas de esta estación. Finalmente, según la técnica empleada, se habla de estaquillado en campo, que implica realizar el proceso directamente en el entorno de cultivo. Estos criterios ofrecen una visión completa de la diversidad de métodos disponibles en el estaquillado, permitiendo la adaptación a diferentes especies y condiciones.

La selección de plantas madres es fundamental para el éxito del estaquillado. Estas plantas deben cumplir ciertas características para garantizar la obtención de estaquillas de alta calidad. Es esencial que estén libres de plagas y enfermedades, lo cual asegura la salud de las nuevas plantas. Una nutrición equilibrada es crucial; se debe evitar el exceso de agua y nitrógeno para promover un desarrollo adecuado y vigoroso. El buen estado sanitario de la planta madre es esencial para la calidad de las estaquillas, ya que cualquier problema fitosanitario se puede transmitir a la descendencia. Por lo tanto, un correcto manejo de la planta madre es clave para la eficiencia del proceso de estaquillado.

El documento proporciona datos concretos sobre la productividad de diferentes plantas madres en términos del número de estaquillas obtenibles. Se detallan ejemplos para diversas variedades de ciruelo, incluyendo San Julián-A (100 estaquillas con un marco de plantación de 3,5 x 1 m), Brompton (80 estaquillas con 3,5 x 1 m), Mariana 2624 (300 estaquillas con 4 x 1,5 m), y Damas 1869 (130 estaquillas con 4 x 1,5 m). También se incluyen datos para cerezos, como Santa Lucía SL-64 (300 estaquillas con 4 x 1,5 m) y Colt (200 estaquillas con 4 x 1 m), así como híbridos como M x A INRA GF-677 (350 estaquillas con 4,5 x 2 m) y A x M Adafuel (300 estaquillas con 4,5 x 2 m). Esta información es útil para estimar la producción de estaquillas según la variedad y el sistema de plantación empleado. Los datos muestran variabilidad en el rendimiento según la variedad y el marco de plantación.

La especie y la variedad de la planta influyen significativamente en la capacidad de enraizamiento. Algunas especies, como el ciruelo, el membrillero, la higuera y el olivo, enraízan con facilidad. Otras, como el melocotonero, el albaricoquero y el manzano, presentan mayor dificultad. Incluso dentro de una misma especie, existen variaciones entre variedades. Por ejemplo, entre los ciruelos, las variedades Mariana 2624 y Damas 1869 se destacan por su facilidad de enraizamiento. Esta variabilidad genética implica que la selección de la especie y variedad es un factor determinante para el éxito del proceso de estaquillado, ya que afecta directamente a la eficiencia y viabilidad del mismo.

El estado de la planta madre juega un papel crucial en el éxito del enraizamiento. Un buen estado sanitario, libre de plagas y enfermedades, es esencial. Las reservas acumuladas en la planta madre, así como un adecuado proceso de agostamiento (maduración de los tejidos), son factores que influyen positivamente en la capacidad de la estaca para generar nuevas raíces. Un buen agostamiento se caracteriza por una maduración adecuada de los tejidos, un proceso crucial para la formación de nuevas raíces en la estaquilla. Plantas sanas y vigorosas con abundantes reservas proporcionarán estaquillas de mayor calidad, incrementando las posibilidades de un enraizamiento exitoso. Un mal estado sanitario o bajo nivel de reservas dificultará la formación de raíces.

El tipo de estaquilla también afecta al enraizamiento. Las estaquillas semileñosas y herbáceas, que presentan tejidos más jóvenes y activos, enraízan más fácilmente que las estaquillas leñosas, más maduras y con menor capacidad de regeneración. El tamaño de la estaquilla también es relevante; un tamaño adecuado considera la rapidez de deshidratación, las reservas disponibles, el número de yemas y la necesidad de una cicatrización forzada para evitar la pérdida de humedad. Por tanto, la elección del tipo y características de la estaquilla debe considerar las variables mencionadas y debe estar en función del tipo de planta y de la época de corte.

La preparación de las estaquillas y la aplicación de tratamientos hormonales son etapas cruciales. Un correcto corte y el tratamiento hormonal con auxinas, como el ácido indolbutírico (IBA) o el ácido naftalenacético (ANA), estimulan la capacidad rizógena de las estaquillas. El IBA se puede aplicar mediante espolvoreo (mezclado con un polvo inerte al 0.1-0.5%) o inmersión. La aplicación adecuada de hormonas estimula el desarrollo de raíces, mejorando significativamente el porcentaje de enraizamiento. El tamaño de la estaquilla también debe ajustarse cuidadosamente para un buen balance entre reservas y rapidez de deshidratación.

Las condiciones ambientales influyen en el proceso de enraizamiento. La humedad es fundamental para evitar la deshidratación, especialmente en estaquillas semileñosas y herbáceas. La nebulización puede ayudar a mantener la humedad. La temperatura juega un papel importante; se debe asegurar que supere los 10°C, con una temperatura óptima de aproximadamente 25°C, sin superar los 35°C. La estratificación con calor y humedad puede favorecer el proceso. El medio de enraizamiento también es un factor determinante en el éxito del enraizamiento, seleccionando un sustrato con las características adecuadas de drenaje, retención de humedad y aireación para el tipo de estaquilla y planta.

El estaquillado leñoso se caracteriza por el uso de estacas de madera madura, con una longitud que oscila entre 15 y 40 cm, aunque este tamaño puede variar según la especie y el medio de enraizamiento. La preparación y manejo de estas estacas requieren atención especial, considerando la longitud adecuada y el medio de enraizamiento ideal. Se presenta una tabla que muestra la concentración de ácido indolbutírico (IBA) necesaria para alcanzar un porcentaje determinado de enraizamiento en diferentes patrones de frutales, incluyendo ciruelos (San Julián-A, Brompton, Mariana 2624, Damas 1869), cerezos (Santa Lucía SL-64, Colt), e híbridos (M x A INRA GF-677, A x M Adafuel). La época de estaquillado para este tipo de material leñoso suele ser durante un periodo de crecimiento no muy activo; en el caso de ciruelos e híbridos AxM se recomienda entre agosto y septiembre, mientras que para el olivo, la época ideal es del final de la primavera a principios del otoño. La concentración de IBA necesaria varía según el patrón, mostrando una importante relación entre la concentración hormonal y el porcentaje de enraizamiento.

El estaquillado semileñoso emplea estacas de menor longitud, entre 10 y 20 cm, adaptándose también a la especie y al medio de enraizamiento. Este método se considera adecuado para especies como el olivo, con una época de plantación que coincide con el final de la primavera y principios del otoño, similar al estaquillado leñoso de olivo. Al igual que en el estaquillado leñoso, la época de plantación se relaciona con un periodo de crecimiento no muy activo, buscando obtener mejores resultados en la formación de raíces. La longitud de la estaca se adapta a la especie y al medio donde se plantará, buscando un equilibrio que permita la supervivencia de la estaquilla y la formación de raíces de manera eficiente.