Manzanas de Aragón: Estudio agronómico

El documento establece la importancia del manzano a nivel mundial, destacando que se trata del segundo cultivo frutal más importante en términos de producción y el quinto en superficie cultivada, según datos de la FAO en 2014. Se menciona la existencia de una amplia gama de variedades comerciales que cubren diferentes épocas de recolección, ofreciendo diversidad de sabores y colores para satisfacer las demandas del consumidor. A pesar de esta gran diversidad, solo un número reducido de variedades se han extendido a nivel global (Castellarnau, 2002). La producción de fruta dulce contribuye significativamente a la Producción Final Agrícola, representando el 31% y siendo el subsector con mayor aportación (Bernardo et al., 2009). Dentro de este sector, la manzana de mesa es la especie más cultivada, con el Valle del Ebro como principal zona productora en España, incluyendo regiones como Aragón y Cataluña, junto con Navarra, La Rioja, Castilla y León y la Comunidad Valenciana. La cornisa cantábrica, por su parte, destaca en la producción de sidra (Bernardo et al., 2009).

El documento presenta una comparación de la localización y estructura productiva del manzano en España, Italia y Francia. Se observa una diferencia significativa en la ubicación geográfica de los cultivos. Mientras que en España la mayor parte de la producción se concentra en zonas de llanura, caracterizadas por altas temperaturas y baja humedad en verano (condiciones menos óptimas para el manzano), en Italia el 80% de la producción se localiza en zonas de montaña y media montaña de las regiones de Súdtirol y Trentino (variedades Marlene y Val Venosta). En Francia, las zonas de montaña de los Altos Alpes (7.800 ha) y media montaña de Périgord-Limousin (3.000 ha, principalmente variedad Golden) son importantes. La región del Val de Loira, junto con Tarn et Garonne, también destaca como zona productora. Esta diferencia geográfica resalta la adaptación del cultivo a diferentes condiciones climáticas y la importancia de las zonas de montaña para la producción en Italia y Francia.

En España, se han realizado en los últimos años nuevas plantaciones comerciales de manzano en altura, en localizaciones como Sierra Nevada (Granada), el Burgo de Osma (Soria) y Calatayud (Zaragoza), entre otras. Estas plantaciones, situadas a altitudes cercanas a los 700 metros, buscan obtener manzanas de mayor calidad. Cataluña se posiciona como la mayor productora de manzana en España con 10.807 hectáreas, seguida de Aragón con 4.753 hectáreas (datos MAGRAMA 2014). El texto contrasta la producción mayoritaria en zonas de llanura, con condiciones climáticas menos favorables para el manzano, frente a la tendencia de nuevas plantaciones en altura. La preferencia por zonas de montaña se debe a la adaptación del manzano a temperaturas suaves y alta humedad ambiental, contrarrestando el estrés generado por el calor y la baja humedad en las llanuras, lo que causa un cierre de los estomas para reducir la pérdida de agua por transpiración.

El texto resalta la creciente preocupación por la pérdida de variedades locales de manzano en Aragón y otras zonas. Señala que la transición de huertos familiares con una gran diversidad de especies y variedades a plantaciones de monocultivo, impulsadas por la fruticultura industrial, ha ocasionado una alarmante pérdida de material genético (Lasanta et al., 2001). Esta tendencia a la uniformidad y alta productividad ha reemplazado variedades antiguas por cultivares comerciales, lo que ha provocado una pérdida irreversible de variabilidad genética. La falta de variabilidad, según Cubero (1983), impide la selección y mejora genética. Por lo tanto, la recuperación de estas variedades, muchas de ellas en peligro de extinción, se considera prioritaria para la conservación de un valioso patrimonio genético.

El objetivo principal del proyecto fue el estudio de las características agronómicas y fisicoquímicas de variedades de manzana recuperadas y conservadas en zonas de montaña de Aragón. Para este estudio se utilizaron 56 accesiones de manzano del Banco de Germoplasma del CITA, procedentes de prospecciones realizadas en zonas de montaña de Aragón desde el año 2001, y 15 variedades comerciales de referencia para fines comparativos. La investigación se desarrolló dentro del marco del proyecto INIA (RF 2011-00017-C005) y propuso una metodología para establecer criterios comunes en la caracterización morfológica, agronómica y tecnológica de las colecciones de manzano, utilizando 57 caracteres de la última revisión de la UPOV TG/14/9 del 6 de abril de 2005. La iniciativa busca ofrecer productos diferenciados de calidad que puedan tener cabida en un mercado específico.

La modernización de los sistemas agrícolas, impulsada por la mecanización y la especialización de la producción, junto con el fenómeno migratorio y el abandono de los núcleos rurales, han contribuido a la pérdida irrecuperable de una parte importante del patrimonio hortofrutícola tradicional (García, 1988). La introducción de variedades mejoradas genéticamente con el fin de aumentar la productividad sustituyó los cultivos tradicionales, lo que resulta en una especialización productiva y la búsqueda de la rentabilidad. En las zonas de montaña, la disminución demográfica y la necesidad de sistemas extensivos para contrarrestar esta disminución, aunado a la dificultad de mecanización en terrenos menos aptos, ha ocasionado el abandono de cultivos tradicionales. Sin embargo, la recuperación de este material genético es prioritaria, no solo por su valor cultural, sino también por su potencial para desarrollar nuevas variedades más productivas y contribuir a la seguridad alimentaria, un hecho reconocido por instituciones como la Unión Europea y la FAO. Las variedades locales, a pesar de posibles limitaciones en calibre, rendimiento o vecería, presentan una adaptación al medio y resistencia a enfermedades, además de una calidad organoléptica que las hace atractivas para un mercado que busca nuevas tendencias en sostenibilidad y calidad alimentaria.

El estudio de caracterización morfológica involucró 71 variedades de manzano del Banco de Germoplasma del CITA: 56 variedades locales recuperadas en zonas de alta montaña de Aragón y 15 variedades comerciales. Se utilizó el descriptor UPOV TG014 (2005) para el manzano, que incluye 47 caracteres, la mayoría relacionados con el fruto. Adicionalmente, se consideraron otros parámetros importantes para la caracterización varietal como el color del núcleo de las lenticelas, la aureola, la apertura del ojo y la posición del diámetro máximo, así como la capacidad de conservación. Las variedades fueron injertadas sobre patrón MM106, un patrón de vigor medio con buena eficiencia de producción y resistencia a la sequía y bajas temperaturas (aunque sensible a Phythopthora). El estudio se realizó durante un año, dentro del proyecto INIA (RF 2011-00017-C005), con el objetivo de establecer criterios comunes para la caracterización morfológica, agronómica y tecnológica de las colecciones de manzano. En algunas variedades, la escasez de frutos limitó el número de muestras, y las muestras suficientes se almacenaron en cámaras frigoríficas del CITA para evaluar su capacidad de conservación.

La caracterización morfológica utilizó descriptores UPOV, herramientas estándar para la clasificación de recursos fitogenéticos. Se analizaron caracteres cualitativos y cuantitativos del fruto, siguiendo el descriptor UPOV TG014. Estos incluían aspectos como la forma general del fruto (clasificado en 5 grupos), la presencia y color de la chapa (rosa, rojo, naranja, etc.), el contenido de cera, el russeting, las lenticelas, la apertura del ojo, las dimensiones del fruto (tamaño, altura, diámetro), el pedúnculo (longitud y grosor), las cavidades peduncular y del ojo, y la firmeza de la pulpa. Se empleó la variedad Golden Delicious como referencia para determinar la época de cosecha, clasificando las variedades en 9 grupos según las fechas de recolección. Similarmente, se establecieron 5 grupos de madurez de consumo (muy precoz, precoz, media, tardía, muy tardía) usando variedades de referencia como Vista Bella, Gala, Golden, Fuji y Granny Smith. La determinación de la madurez se basó en pruebas de cata y consideraba la fecha óptima para el consumo, la conservación y el transporte.

El análisis de las características morfológicas se realizó para determinar el potencial de las variedades locales en el mercado. Se observó que la mayoría de los frutos presentaban chapa en forma de placas estriadas con colores naranja, rosa y rojo. En algunas variedades, como MA-108, MA-115 y MA-144, la chapa se consideró un indicador de madurez. Variedades locales como MA-115, MA-143, MA-239 y MA-247 mostraron un alto contenido en cera, lo que aumenta su atractivo para el consumidor. El estudio de la madurez de consumo y la capacidad de conservación son cruciales para el éxito en el mercado, permitiendo la planificación del calendario de comercialización y optimizando los precios. El estudio provee información relevante sobre características relevantes para la comercialización, como la forma del fruto, el color y la presencia de chapa y cera, abriendo las posibilidades para variedades locales en un mercado que busca la diversidad y la calidad organoléptica.

La sección inicia enfatizando la crucial importancia de la conservación, caracterización y evaluación de los recursos genéticos, un punto destacado por organismos nacionales e internacionales. Se subraya que estos recursos constituyen la base de la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible, por lo que su conservación es fundamental para evitar la pérdida de diversidad genética de especies, razas, variedades y ecotipos autóctonos. Además, se garantiza la disponibilidad de genotipos necesarios para la mejora genética. Las variedades locales, fruto de una selección natural a lo largo de décadas, demuestran una adaptación y resistencia a condiciones extremas, manteniendo características constantes como la resistencia a enfermedades y a la manipulación. Sin embargo, las demandas cambiantes del mercado requieren nuevas características en las manzanas, relacionadas con cualidades organolépticas, coloración de la piel, tamaño y forma.

El análisis de la forma del fruto, utilizando el descriptor UPOV (U-28), clasificó las variedades en cinco grupos, siendo la forma globulosa (40%) y aplanada-globulosa (39%) las mayoritarias. Este resultado se relaciona con la ubicación de las parcelas (Ligüerre a mayor altitud que Zaragoza), y la influencia de la radiación solar. Respecto al color de la superficie, el 42% de las variedades presentaban más del 80% de su superficie cubierta de chapa, mientras que el 34% no mostraba chapa alguna. Los colores predominantes fueron el rosa y el rojizo (20% cada uno), seguidos del rojo (13%) y naranja (11%). ‘Mack Intosh’ fue la única variedad púrpura. La intensidad de color fue oscura en el 28% de las accesiones y media en el 23%.

El estudio consideró la importancia de mejorar el calendario de comercialización mediante la obtención de variedades más precoces o tardías (Iglesias et al., 2007). Se utilizó la variedad Golden Delicious como referencia para la época de cosecha (primera quincena de octubre) y se clasificaron las variedades en nueve grupos según sus fechas de recolección. La recolección para manzana de mesa debe efectuarse en la fase preclimatérica para asegurar una conservación prolongada (Álvarez, 1983). Para determinar la madurez de consumo, se probaron todas las manzanas, estableciendo la fecha en que alcanzarían su punto óptimo. Se utilizaron las variedades de referencia Vista Bella (muy precoz), Gala (precoz), Golden (media), Fuji (tardía) y Granny Smith (muy tardía) para clasificar las variedades en cinco grupos de madurez de consumo.